33. Respuestas(parte uno)

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Anna.

Pase toda la noche pensando en la conversación de Leani con esa tal Kika. No puede dormir, me encerré en la habitación y no vi a Edmund, por mucho que él quizo verme, no le permiti verme, le dije que hablariamos hoy, pero el tuvo que irse muy temprano. Es mejor así, porque lo que tengo planeado es algo que no quiero que nadie sepa, al menos no por hoy.

No entiendo que está pasando en la casa, todo lo que ocultan me tiene harta. Y también me molesta porque Edmund no confía en mi, y ya estoy harta de esperar respuestas de ellos, es por eso que ahora me encuentro aquí. Frente a la casa de la señora Stella Chan.

Tuve que rogarle a la señora Imelda, la dueña del café, para que me diera su dirección, ella se negó tantas veces, pero al ver que no di mi brazo a torcer, terminó cediendo. Vine por mi cuenta, me salí de la casa sin que nadie supiera, casi me pierdo pero tomé el autobús hasta la antigua ciudad, Old Nelfore, no tenía un centavo para pagar nada, perdí toda vergüenza y le rogué al del autobús que me permitiera llegar hasta allá. Funcionó, me dijo que no podía decirle "no" a una mujer hermosa como yo.

Dudando, estuve parada frente a su puerta varios minutos. Era una casa un poco pequeña, en un vecindario modesto, tuve que caminar mucho, y no tengo idea como regresaré a Nelfore, pero no me importa, quiero respuestas. Si meses atrás, me hubiesen dicho que yo haría esta locura, no hubiese creído. Siempre lista para acatar órdenes, siempre poniendo mi mente en blanco para no pensar por mi misma, pero ya no. Edmund se encargo de enseñarme mi libertad, y en este momento quiero respuestas.

Estaba a punto de tocar el timbre, cuando la puerta se abrió. Tanto la chica como yo nos sorprendimos, un raro escalofrío recorrió mi cuerpo.

– ¿Tú?– dijo ella sorprendida. Trague grueso saliva.

– ¿Me conoces?–. Respondí sorprendida. Ella me miró de pies a cabeza, su entrecejo se frunció. Era una hermosa chica, sus rasgos asiáticos mezclados con su piel porcelana y ojos color miel me estremecieron.

– Se quien eres, pero ¿Qué haces aquí? ¿Como supiste donde vivo?–. Preguntó mientras cerraba la puerta detrás de ella. Cruzó sus brazos, era pequeña de estatura, muy delgada.

Que no te intimide, tienes el control Anna.

– Busco a Stella Chan ¿Se encuentra ella?– pregunte obviando sus preguntas. Ella se tenso, su rostro incrédulo estaba confundido.

– ¿Como sabes el nombre de mamá? ¿Que quieres con ella?–. La chica miró por encima de mis hombros.

– ¿Estás sola? Edmund te dejo venir aquí, no entiendo...

Dice su nombre con tanta confianza.

La conocí hace un tiempo en el café de la señora York, y si, estoy sola. Necesito hablar con ella ¿Puedo verla?–. Insistí nerviosa. Jugaba con mis dedos, ella me miraba fijamente.

– No, no puedes verla. Vete de aquí, no tienes porque estar molestando a mamá. Porfavor Anna ¡Vete!–. Respondió. Esa voz, todo encajo. Se quien era.

– Kika...

– ¿Qué?

– Tu nombre es Kika ¿Qué hacías en mi casa? ¿Porqué te sorprendió que Edmund sea mi esposo? ¿Quiénes son ustedes para el?– pregunté. Aunque sabía que eran la familia de Thea, necesitaba más que eso. Ella estaba a punto de contestar cuando la puerta se abrió.

Stella dijo algo en un idioma que no entendí, Kika le contesto en el mismo idioma. Cuando me vio, abrió sus ojos en grande.

– ¿Qué haces aquí?– preguntó sorprendida.

ANNA ES MÍA(completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora