28. Regresando al infierno.

2.1K 91 10
                                    


Sabía Nora.

Estaba demasiado nerviosa. Tan nerviosa que sentía que mi se me iba a salir el corazón. Mis manos sudaban, y no podía sostenerme tanto en pie.

Cálmate. Puedes hacerlo, confía en ti.

Respire profundo. Practique mi sonrisa falsa y entre a su oficina.

- Buenas tardes Madame Dorothea. Me dijo la sabía Margot que me necesitaba ¿En que puedo servirle?-. Pregunte tratando de actuar como siempre. Verla, verla me rompía el corazón y también me daba el coraje para poder permanecer y cumplir mi plan.

Yo, fui la única chica que hace años se revelo. Intente escapar cuando descubrí lo que realmente era este lugar y las cosas que hacían en el pasillo prohibido. Mi error fue pensar que podía...

Dorothea levanto su rostro, sus ojos oscuros penetraron mi alma. Es como si pudiera ver a través de mi piel. Pero necesitaba mantenerme bien, demostrarle que estaba de su lado.

- Nora, cariño... Sientate. -. Odio su tono de voz, odio como me ve, es tan mala.

Sonreí.

- Bien, ya pasaron tres meses. La selección será la próxima semana. Pero hay un cambio de planes. Tenemos a dos hombres extras, eso quiere decir que necesitan elegir a una chica. Esta noche, vendrán a elegir. Nora, estos clientes no son nada comparado con los que hemos tenido durante 20 años. Estos hombres pueden destrozarnos con el chasquido de sus dedos. Es por eso que los llevaremos abajo, no tienen límite de edad para elegir. Pero ellos han decidido que quieren a una chica de diez a quince años.

Mi corazón me dio un vuelco. Se me rompió más el corazón el solo pensar que los pervertidos esos tomen a una niña para ellos.

- Deja de verme con esa cara cariño. Tu sabes el poder que tengo, pero a su lado soy nada. Así que, quiero a todas las chicas de diez sin ningún vello púbico, sin cicatrices o manchas, sin ningún tipo de golpe ¿Entendido?.

Si, lo entendía pero no sabía porque me lo pedía a mi. De esa atrocidad se encarga la sabía Margot, su maldita hermana. Trague grueso saliva, no tenia que verme débil.

- Con mucho respeto Madame, pero eso trabajo lo realiza la sabía Margot, ¿está bien ella?-. Ni siquera me importaba si estaba viva o muerta pero quería saber porque me eligió a mi.

Dorothea se llevó un cigarro a sus labios; de esos elegantes y finos, su labial rojo me disgustaba así como toda ella.

- Nora... palomita, a veces eres tan poco observadora y tan poco inteligente. Te elegí a tu como prueba de tu fidelidad ¿Sabes porque? -. Claramente no.

- Fiorella esta entre las elegidas. Y tienes que saberlo.

Mi corazón terminó de hundirse. Toda mi piel se ahogo en escalofríos intensos que me dieron ganas de convulsionar. No puedo ser, no es cierto. No, ella no. Sentí el ardor en mis ojos, eso previo antes de llorar.

Enfocate Nora, te esta provocando. Enfocate, no le des el gusto, lucha contra tus emociones.

Respire profundo y apenas me pasaba el aire. Luche por no llorar. Ella me miraba fijamente como intentando adivinar lo que había en mi mente.

- No entiendo porque eso tendría que ser prueba de mi lealtad Madame, al contrario, debería irse antes de tiempo. Es muy rebelde-. Dije ahogando las grietas de dolor en cada palabra. Fiorella era mi hermana menor. Pero ella había cumplido los dieciséis hace dos días. Lo hizo para probarme, la muy mierda.

Su sonrisa parecía la de un demonio. Altanera, se creía la reina del mundo.

- Bien... pensé que ibas a reaccionar peor palomita. Nora, estos clientes son muy especiales, míralos mal y te van a matar. Están pagando mucho dinero por una de nuestras chicas. Así que, ya lo sabes. Esta noche es tu turno de atenderlos.

ANNA ES MÍA(completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora