06. Recien casados

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"Si las palabras tratan de engañar, los ojos suelen desmentir a la boca"

~ Mario Benedetti~

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Edmund estaba sentado en una esquina de la cama. Yo estaba sentada en la otra esquina. El miraba para un lado dándome la espalda, yo miraba para el otro dándole la espalda.

Silencio, un silencio tenso. Acabamos de llegar al hotel. Después de salir de la mansión tuve que esperarlo mucho tiempo en su auto, con el señor Darco, su chófer. Después que él salió, se subió en silencio. Se sentó al otro extremo del asiento, no hablo mucho. No dijo nada en específico, yo respete su silencio.

¿Esto es así? No lo sé. Estoy confundida, no paro de pensar en lo que vi en clases una y otra vez, la "noche de bodas" se que pasará, pero no sé si esperar a que el me toque, o tengo que poner en práctica las técnicas de seducción que me enseñaron.

- Anna- habló finalmente Edmund, me volví hacia él rápidamente, encontrándome con su mirada.

-¿Si?

No se porque razón el corazón se me aceleró.

- Mira, no quiero que te sientas incomoda esta noche, ni el resto de noches que pases a mi lado. Sé que no me conoces, y que todo esto es un poco raro para ti, pero no quiero hacerte daño- dijo el con el ceño fruncido, su voz era profunda.

Trangue pesadamente saliva.

-Yo se que no me harás daño, soy tu esposa y estoy para complacerte. Si lo dices porque quieres que juguemos o cumplir un fetiche tu puedes decirme que quieres que haga ¿me desnudo? ¿Quieres que te baile? O prefieres que sea algo diferente...dilo, yo lo haré.

Bien Anna, estas llevando la situación, como te enseñaron.

Ergui un poco más la espalda para verme mejor, sonreía para que el supiera que estaba cómoda. Bien, estoy recordando los pasos.

- ¿Qué? Anna, no. No quiero nada de eso. ¿Qué te hace pensar que quiero eso?- pregunto un poco extrañado.

- Es nuestra primera vez juntos, no te conozco, ni lo que te gusta en la cama, aprendo rápido. Tu solo dime y yo lo hago, aunque será mi primera vez ¿eso te molesta?

Edmund abrió un poco los labios, negó con su cabeza, se levantó de la cama de golpe, con sus manos metidas en los bolsillos de su pantalón, yo lo observé. Camino unos pasos lejos de mi, dándome la espalda. Luego me volvió a ver.

- ¿Porqué sugieres esas cosas? Si entiendes que eres virgen y que tener sexo debe ser algo que tu quieras y con alguien a quien quieras ¿no?

Su pregunta me desconcertó un poco, porque siempre he pensado que estoy para servir a mi esposo, que es solo contacto físico y placentero, pero no es algo que se haga con querer o cariño ¿verdad?

- No te entiendo. Se que es nuestra noche de bodas, es nuestra primera vez, tu puedes hacer lo que quieras, yo solo debo seguirlo, aprenderlo y darte placer- respondí.

Edmund me miró aún más sorprendido.

- ¿Estás bien? Pareces un poco raro. ¿Dije algo malo? Discúlpame, es que estoy nerviosa, no debería porque se como es esto pero es que no puedo evitarlo, es más difícil estarlo viviendo que solamente haberlo estudiado.

ANNA ES MÍA(completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora