50. ¡Regresa a mi!

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Holi <3 ¿Estamos listos para el penúltimo cap? :).


Anna

– Hola mi amor. Es un hermoso día, ha llegado de nuevo el verano, al menos en esta ciudad que al principio fue tan ajena a nosotros, ahora parece ser nuestro hogar. Te ves muy guapo, espero poder ver tus hermosos ojos pronto. Te extrañamos demasiado cariño. Mi princesa y yo te necesitamos. ¿Sabes? Hace un tiempo que decidí no llorar más, ha pasado mucho tiempo. Decidí, que voy a sonreír por ti, voy a cuidarte por ti y nuestra hija. Te amo Edmund, porfavor cariño, regresa a mi. Regresa a mi.

Bese sus labios resecos, luego acomode su cabello oscuro, su barba limpia, después de haberla afeitado un poco, lo hacía lucir sexy, a pesar de su piel pálida.

Acomode las flores que había traído para su habitación. Limpie la jarra y saque las flores marchitas. Al hacerlo, se me cayeron algunas ramas. Me costaba agacharme, tenía siete meses de embarazo y mi panza había crecido considerablemente.

Suspiré. No iba a llorar, no podía perder mi foco. Mi princesa no merecía sentir mi sufrimiento por su padre. Volví mi mirada a Edmund. Los médicos no han encontrado una razón por la que Edmund no ha vuelto de su coma, han pasado cinco meses, cinco largos meses. Mi vida ha dado un giro enorme.
Zion se ha echo cargo junto a Sergio y Dante de la empresa de Edmund. Viaja cada fin de semana a verme. Leani ha vivido conmigo todo este tiempo, ella y yo pasamos pendiente de Edmund.

Frédéric y André terminaron de colocar a todas las niñas en hogares provisionales asegurándome que eran buenos para ellas, habíamos escuchado noticias que muchas de ellas habían encontrado sus hogares, eso me daba mucha paz y felicidad. Nora y Fiorella se habían convertido en mis amigas, nos mirábamos seguido y me daban fuerzas para seguir adelante.

Sentí la patadita de mi niña. Emocionada, corrí al lado de la cama de Edmund, tome su mano y la puse en mi panza. Mi bebé jamás se había movido cuando estaba junto a Edmund, así que este día era especial para mí.

–¡Cariño! ¿La sientes? ¡Es nuestra hija! Porfavor Edmund, regresa a mi... regresa a mi– pedí con mis lágrimas inevitables. Mi corazón se aceleró. Mi niña se movió tan fuerte, como si sentir la mano de su papá la hizo feliz.

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Llegue a casa. Después de un tiempo la comencé a considerar como casa. Era una pequeña casita de dos habitaciones, pero teníamos todo lo necesario con Leani. Ella me recibió con un abrazo. Me senté en el sofá. Mi pierna izquierda dolía, y mi rodilla se hinchaba, estaba cargando con un peso extra, y mi pierna lo resentia. Leani me hacía masajes y eso me calmaba.

– ¿Quieres comer?– preguntó. Asentí, moría de hambre. Los mareos cesaron al cuarto mes, y los vómitos siguieron hasta el sexto mes. Casi no podía retener la comida, pero en el último mes he mejorado considerablemente. Mire el rincón de la salita. Había un espacio donde iba colocando todas las fotos que me había tomado cada semana de mi embarazo, había grabado videos de como mi niña se ha movido dentro de mi. Todas mis ecografias estaban ahí. Documente todo para cuando Edmund despierte. Porque despertará, lo sé.

– ¿Alguna Novedad?- preguntó Lenai. Suspiré, no quería llorar. Pero era inútil,  me trague las lágrimas.

– Lo mismo de siempre. Esta estable, no hay nada malo aparentemente, pero no despierta.

Leani regreso con un plato de comida para mi y un vaso con agua. Lo coloco en la mesita del centro y me miró con ojos de cariño. Estaba tan preocupada como yo, pero trataba de lucir fuerte.

ANNA ES MÍA(completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora