16. Truenos

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Edmund

Deje a Anna en mi habitación junto a Leani, ella no estaba muy contenta con eso, pero tenia que hablarle por teléfono a mis invitados para pedirles disculpas uno a uno por el incidente que habian presenciado. Admito que un poco fue también por huir de todo lo que Anna me estaba provocando... en fin, los invitados me habían visto correr con Anna en brazos totalmente empapados.
Le ordene a Roke que los despidiera, así que aquí estaba en mi oficina tratando de comunicarme con todos ellos.

No volví a cruzarme con Zion. Si lo hacía, era hombre muerto. Roke me dijo que se fue de la casa, maldito cobarde, cuando lo vea lo voy a matar. Es un hecho.

Los meseros estaban terminando la limpieza mientras yo estaba en las últimas llamadas. Miré el reloj, 1:03 am. Si, no fue una hora correcta para llamar a todos, algunos contestaron a otros solo les deje un mensaje. Pero tenia que salir de ese compromiso, no me gusta tener una mala reputación. No después de todo lo que pasó.

- Señor Baker, disculpe que lo interrumpa. Los meseros terminaron de limpiar, están por retirarse ¿Quiere revisar si todo quedó bien? - pregunto Roke.

- ¿Haz revisado tu?

- Si señor Baker. Todo está limpio y ordenado, como a usted le gusta- respondió.

- Bien, confío en ti. Diles que el pago ya esta enviado, que no se preocupen. Gracias Roke, ve a descansar.

- Muchas gracias señor Baker, buenas noches.

- Buenas noches Roke.

Después de quince minutos en el teléfono con la señora Taner, al fin di por cerrada mi rondo de llamados. Solte una bocanada de aire, me masajee las sienes con los dedos, estaba cansado y tenso. Solo esperaba que Anna ya estuviera dormida, rogaba porque si lo estuviera.

Spoiler Alert: No, no lo estaba.

Cuando entré a la habitación. Ella estaba sentada en la cama junto a Leani. Gracias a Dios llevaba unos pantalones de algodón beige y una sudadera a juego. Suspiré. Ambas volvieron a verme, pero yo solo tenía ojos para la pelirroja hermosa.

- ¿Ya Haz terminado? - preguntó Leani, levantándose de la cama, Anna la siguió, no podíamos dejar de mirarnos y el solo verla todo mi cuerpo reaccionaba de manera muy tensa.

- Si, gracias Leani por ayudar a Anna. Puedes retirarte -. Ella me sonrío, tenía un aspecto cansado, Leani era una buena ama de llaves y un gran apoyo para mi. Miró a Anna, le dio un abrazo y luego se acercó a mi, también me dio un abrazó.

- Buenas noches hijo, descansa.

- Buenas noches Leani.

Salió por la puerta. Ya está, estamos solos. En. Verdad. Vamos. A. Dormir. Juntos.

Si, eso lo pensé así, pausado y con una entonación un poco tensa en mi mente. Anna jugaba con sus dedos, esos dedos blancos y perfectos. Siempre que estaba nerviosa lo hacía. ¿Es posible que me gusten tanto unos dedos delgados y pequeños? Sacudí de mi cabeza ese pensamiento. Subí mi mirada hacia los ojos verde esmeralda que me miraban fijamente. Estábamos a una distancia prudente.

- Mucho mejor. Gracias por ayudarme, realmente crei que iba a morir - dijo agachando su mirada, note el dolor en su voz, en dos zancadas estuve cerca de ella, plantado ahí. Puse mis dedos en su barbilla para levantar su rostro.

- Por favor Anna, no bajes la mirada, no lo hagas. No puedo soportar que sientas vergüenza conmigo-. Mi corazón me palpitaba rápido y fuerte. Ella era tan dulce y suave. Tenía lágrimas en sus ojos, pude ver el miedo en ellos y me estremeció.

ANNA ES MÍA(completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora