No me gusta esa pintura.
Llevo más de diez minutos mirando la pintura del hombre desnudo, esa que Edmund llama arte. No me gusta, además parece triste y es feo. El arte no es feo ¿no? Bueno, yo que se no soy nadie para decirlo pero no me gusta.
De repente sentí las manos de alguien en mi cintura y lo siguiente cosquillas por toda mi espalda, cosquillas literal. Comencé a reírme.
– ¡Zion! ¡Déjame!– grite entre risas combinadas con las suyas.
– ¡Zion!–. Volví a decir. Entre risas.
– No sabía que pudieras reírte tan feo corderito–. Dijo sin detenerse. Le di un pisotón fuerte y me soltó. Volví a verlo agarrándome de mi estomago por tanta risa, me dolia y la verdad me reí bastante feo.
– Ni yo tampoco –.
Holly Molly Polly. Mierda.
Su voz. Me dejó congelada, deje de reirme de sopeton, me corto la respiración, ni si quiera pude parpadear. Zion se tenso y dirigió su mirada hacia un lado.
– Edmund –. Dijo Zion y yo sentí que se me aguadaron las piernas. Habían pasado cinco días, sin verlo ni escucharlo. Le había dejado mil mensajes y llamadas y ninguna había contestado. Lo que sentí fue tan feo, porque estaba molesta con él.
– Me voy unos días y ya son mejores amigos ¡Felicidades! No sabia que te gustará que Zion te toque Anna –. Dijo tan molesto, ni siquera lo miraba pero sabía que estaba enojado y su mirada en mi me hacía temblar.
– ¿Celoso? No te preocupes, no solo se que Anna tiene cosquillas, me ha contado otras cosas –. Dijo Zion provocando a Edmund. Lo mire con el ceño fruncido.
Reacciona Anna o se van a matar.
Tome valor. Y me di la media vuelta para ver a Edmund. Su mirada oscura y su cuerpo tenso me indicaban que estaba a punto de golpear a Zion.
– Zion, dejamos solos, porfavor–. Pedí lo más serena posible. Pensé que Zion iba a poner resistencia o a decir algo fuera de lugar, pero no. Solo se fue.
De pronto la angustia, el dolor y tristeza que sentí por el se convirtió en enojo. Nos miramos unos segundos, mi corazón palpitaba más rápido. Quería llorar pero no lo iba a hacer.
– Me vas a explicar que es todo ese juegutio de las cosquillas con Zion. Haz tenido mucho tiempo para conocerlo ¿no es así? –. Su implicación sugería algo más y mi piel se calentó aún más con el enojo brotando de mis adentros.
– ¿Como te atreves? –. Pregunte conteniendome.
– ¿Perdón?
– Tú. Como te atreves venir a decirme esas cosas cuando haz desaparecido cinco días sin decirme una sola palabra. No tienes idea lo preocupada que estaba y lo que he... lo que sufrido por ti. ¡Idiota! –. Dije frustrada me di la media vuelta y me fui a a mi habitación.
Segundos después escuche entrar a Edmund. No quería verlo me encamine al baño pero el me agarro por la muñeca y me atrajo hacia el un poco brusco y me pego a su cuerpo. Nuestras miradas se enfrentaron.
– ¡Sueltame! No quiero que me toques– dije molesta. El me apretó más a su cuerpo.
– No, entiendo que estés enojada, yo también lo estoy. Pero tu tienes más derecho que yo de estarlo. Fui un completo imbécil, discúlpame Anna prometo contarte todo pero cálmate – dijo mientras aún seguía peleando por soltarme de su agarre.
– Sueltame y me voy a calmar – respondi. Edmund lo hizo inmediatamente. Me alejé unos pasos de él. Nos miramos en silencio. Estrepitoso silencio.
– Perdóname Anna. No debí irme así y perdóname por no comunicarme contigo. Perdóname, es solo que cuando me pasan este tipo de cosas prefiero estar solo y me encierro en mi mundo–. Dijo él con con voz suave. Podía ver el arrepentimiento en sus ojos.
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ANNA ES MÍA(completa)
RomanceAnna fue preparada durante toda su vida para ser "la esposa perfecta" le enseñaron todo lo que una esposa debería ser, según Madame Dorothea, la dueña de la mansión llamada "Esposas complacientes" un lugar donde los hombres podían llegar a "escoger"...