"La vergüenza tiene mala memoria"
~ La mala hora~
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Como una niña pequeña, así me encuentro sentada en una tumbona con los rayos del sol pegándome directo al rostro, sin abrigo, sin ropa caliente, solo unos jeans azules pegados, una blusa blanca que deja ver mi ombligo de manga corta, llevo unas botas negras gruesas, han sido mis favoritas desde que llegué.
— Un poco más pelirroja, y pareces camarón frito —. Zion.
Han pasado tres días desde que llegó. El y Edmund se evitan, y cuando se encuentran solo se dirigen miradas retadoras, Zion se ríe mucho sarcásticamente y Edmund se tensa. Ah, y no deja de molestarme.
Abro mis ojos, ne pongo la mano en la frente como tapándome del sol, para verlo. Se me abren bien grandes los ojos, porque no lleva camisa, lo miro de abajo hacia arriba, solo lleva un short corto.
— ¿Qué? Parece que nunca haz visto un hombre semi desnudo— bromea echándose a reír. Claro que he visto hombres desnudos, en las películas y las explicaciones de las sabias, pero verlo así en persona es un poco intimidante.
— Puedes tocar si te gusta, yo no me enojo— dice pasándose su mano por el abdomen. Ese gesto me pone nerviosa.
— Zion... deja de molestarla — es Leani. Y agradezco que ella siempre aparezca. Yo nunca se que contestarle a Zion.
El me dedica una sonrisita, luego corre y se tira a la piscina.
— ¡Acompáñame pelirroja! Sin ropa te haz de ver mejor— dice y se zambulle al agua. Yo lo mire seria, pero no contesto me altera un poco los nervios, por alguna razón en el fondo, pero muy en el fondo quisiera que esos comentarios fueran de Edmund.
— ¡Zion! ¡BASTA! — la voz de Leani es contundente.
Ella se sienta al lado mío, me da una cálida sonrisa como siempre.
— No le hagas casa. Zion es complicado, pero no estoy por eso aquí. Edmund quiere verte, estará en casa en un momento.
Eso hace que mi cuerpo se estremezco. En estos tres días poco lo he visto, solo para el desayuno y la cena, no hablamos mucho, el parece que me evita. Poco he hecho en estos tres días y me siento muy desesperada, aparte que hoy es el primer día que hay sol.
Eso de dormir sola pues no ha sido tan cómodo como espere, siempre espero que suene una alarma, que Fiorella me hable o que vea a las demás chicas, si duermo tengo pesadillas con la mansión. Me levanto a las 5am, ya no me puedo dormir, hago un poco de ejercicio, hay algo dentro de mi que genera un poco de angustia, además los días grises me provocan melancolía.
— ¿Anna? — la voz de Leani, me saca de mis pensamientos. — Si, dime— Ella suspira.— se que te ha costado adaptarte, todo es nuevo, te he visto un poco acongojada ¿Qué sientes? — pregunta apretandome una mano. Agacho mi mirada, lo pienso un momento.
— Es solo ... lo dudo un poco. — es solo que no entiendo a Edmund, apenas me mira, no me dice nada, trabaja mucho y yo no se que hacer, si el me dijera que hacer yo podría sentirme util— expreso con total sinceridad. Leani suelta un respiro.
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ANNA ES MÍA(completa)
RomanceAnna fue preparada durante toda su vida para ser "la esposa perfecta" le enseñaron todo lo que una esposa debería ser, según Madame Dorothea, la dueña de la mansión llamada "Esposas complacientes" un lugar donde los hombres podían llegar a "escoger"...