21. Pequeñas verdades

3K 131 4
                                    

Anna

Después de lo que pasó con Edmund en Old Nelfore. El y yo no hablamos mucho, casi nada. Todavía pienso en sus palabras "prometo decírtelo, pero no hoy".

Suspiré. Han pasado tres días, hemos dormido juntos pero no me ha vuelto a tocar, me evita y casi no me ha besado. No hemos escuchado música ni bailado. Esta serio, ido, y veo en sus ojos el dolor. Un dolor que me revuelve el estómago. Me rompe el corazón pero no me deja entrar en su vida. Leani tampoco me ayuda mucho, me dijo que es mejor dejarlo solo hasta que le pase. Pero ¿Como podría? Me importa demasiado.

– Asesinar a un pedazo de fresa no está bien Annita –. Aprete más el cuchillo contra la fresa que cortaba. Me tense un poco.

Zion.

– Veo que hoy te dignaste a levantarme temprano –. Respondí un poco molesta.

Mis alarmas se dispararon más, y me preocupan de sobremanera porque Edmund no volvió a pelear con Zion. Ni siquiera reacciona a sus provocaciones. Esta todo el día fuera y cuando regresa se mete en su oficina, tengo que arrastrarlo a la cama. Veo restos de lágrimas en sus ojos, ojeras y estoy volviéndome loca. No dejo de pensar en la señora que vimos en el pueblo. Eso son duda le afecto demasiado a Edmund. ¿Quien será?

Zion se sentó al lado mío. Lo fulmine con la mirada, todavía no le perdono lo que me hizo.

– Deja de verme así corderito, ya te pedí perdón mil veces. Había tomado mucho, en verdad lo siento. No estaba bien.

Nunca, casi me ahogo por ti.

¿Qué quieres Zion? –. Pregunte irritada.

– Ayudarte con Edmund –. Respondió. Me quedé inmóvil, me estaba llevando el tenedor con comida a la boca, volví a dejarlo en el plato, mire a Zion, parecía genuino.

– Y porque querrías tu ayudarme, se supone que lo odias.

– Hay corderito... ¿sabes? A veces el odio solo es una capa disfrazada de amor. Conozco a Edmund, más que a nadie. Ha vivido suficiente mierda, incluido yo. Si él no sale del estado en el cuál está, lo vas a perder–. Sus palabras me provocaron miedo. El solo pensar en perderle me provoca dolor en el pecho.

– ¿Porqué se odian? ¿Qué le pasó a Edmund? Dime Zion... dime algo – estaba desesperada. Ver como Edmund se hundía me destruía.

Zion suspiro. Su semblante cambió.

– No puedo decirte lo que le paso a él. No es mi historia para contar, en cuanto a nosotros, esta relacionado a lo que le pasó, pero no es esa la principal razón – dijo evadiendo mi mirada, jugando con una servilleta.

– Entonces ¿Qué es? –. Insistí.

– Soy su medio hermano por parte de Mamá. Él y su mamá se llevaban muy bien. Irene, ese era el nombre de ella, siempre amo a Edmund, era su primogénito. Yo no vivía con ellos porque no sabía la verdad. Lidia y Robby eran mis papás, eran las personas más buenas y lindas de todas. Me amaron y cuidaron, hasta que supe la verdad. Yo tengo 25 años, Edmund solo me lleva dos años. Me entere de la verdad a los 12 años, Lidia y Rubby decidieron contármelo. Reaccioné muy mal corderito, me dolió el alma.

Escuchaba atenta a Zion, al fin podía ver verdad en sus ojos idos en sus pensamientos, sus palabras le dolían, lo se.

– Ellos me ayudaron a buscar a Irene, meses de búsqueda dieron resultado. Yo vivía en otra ciudad, a unos tres horas de aquí. Sin dudar, un día me escape de mi casa y vine a buscarla. Mi sorpresa fue que ella me recibió pero su esposo George, el padre de Edmund me rechazo. Me odió, ese odio se lo transmitió a Edmund. Sin embargo, en nuestra juventud nos llevamos muy bien. Incluso me defendía. Irene me explico porque me dio en adopción. Puedes imaginarte pelirroja que me dio en adopción a sus ex empleados de servicio, osea Lidia y Rubbery porque fui un error. ¿Puedes creerlo?

ANNA ES MÍA(completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora