40. Todo lo verdadero

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Edmund

Salimos de la cama con Anna, noté que le dolía su pierna pero hizo todo para ocultarlo. Lo cierto es que por un momento me sentí culpable, por mi había sufrido ese accidente horrible. Pero no dejaría que eso arruinara este momento.

– ¿Estás bien?– pregunté. No pude evitarlo. Anna me dedico una sonrisa angelical, es preciosa.

– Deja de preocuparte tanto, estoy bien Edmund. Pero muero de hambre ¿Cenamos?

Asentí.

Nos sentamos a la mesa, comimos muy a gusto, la comida estaba un poco fría pero no importó. Tomamos vino y la parte que más me asustaba estaba por llegar, Anna lo sintió porque ella fue la primera que preguntó.

– Entonces... ¿Thea?– había nerviosismo en su voz. Di un fuerte respiro, luego tomé un sorbe grande de mi vino.

– Antes dime lo que te dijo Stella y Jiang. Como sabes él me odia, nunca pudo perdonarme, Stella ha tratado de llevar la fiesta en paz conmigo y Kika... ella también me detesta.

Anna me miró con cierta compasión.

– Habló de sus problemas con las drogas, de su caótica relación, de cómo tus papás no aceptaban a Thea y que se casaron, nunca supe como murió – resumió ella.

– Además... tú hija– su mirada se perdió en su copa. Podía ver que le dolía.

– No es mi hija– solte del golpe. Anna me miró confundida con esos preciosos ojos.

– ¿Qué?

– No es mi hija, Sao es hija de alguien más. Déjame explicarte todo para que entiendas ¿si?

Anna asintió.

– Asumo que te contaron desde nuestro inicio se relación ¿verdad?–. Anna volvió a asentir.

– Cuando yo vi a Thea por primera vez, me encantó, me gustó físicamente y me atrajo mucho. Ella era un año menor que yo, yo acaba de cumplir los dieciocho años. En fin, Thea me hipnotiso, todo en ella era una atracción feroz. Fue mutuo.

Me transporte a ese día, cuando creí que Thea era una chica normal. Suspiré.  Anna me miraba atenta.

– Cuando comencé a salir con ella, la primera vez, hicimos el amor, o bueno... tuvimos sexo. Thea no era virgen, no era algo que me preocupara o importara. Pero ella era salvaje, nunca había estado con una chica así. A Thea le gustaba que la golpeara y que la tratara mal.

Los ojos de Anna se abrieron en grande. Trago grueso saliva al igual que yo, pero no dijo nada, me escuchaba atentamente.

– Fue extraño. Yo no era un tipo así Anna, yo jamás quería dañar a nadie, había visto los maltratos de papá a mamá y me jure jamás maltratar a una mujer. Pero Thea me cambió. Comencé a ser celoso, posesivo, a ella le gustaba mucho llamar la atención, cuando íbamos a fiesta siempre quería ser el centro. Usaba vestidos diminutos, maquillaje extravagante, su cuerpo era muy deseado. Comencé a enloquecer, peleábamos y luego terminábamos teniendo sexo duro, sexo salvaje. Pero no era feliz, ahora entiendo que nada de lo que viví con Thea fue feliz plenamente– dije con mi mirada al vacío, ya no sentía nada. Nada de lo que alguna vez sentí, era libre. Volví mi mirada a la mujer maravillosa delante de mi, y supe que ella era todo lo que siempre anhele.

– ¿Qué pasó después?– pregunto ansiosa.

– Thea nunca mostró ese lado con su familia, jamás. Era muy ágil para mentir y tenia embobados a sus padres y hermana, si alguien hablaba mal de ella, Thea les decía que yo era el culpable. Que yo actuaba así, y justificaba sus acciones y siempre le creyeron.

ANNA ES MÍA(completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora