18. La lista.

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"TE BESÉ. ASÍ COMENZO MI VICIO"

~ ANDRES IXTEPAN~

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Dulce. Delicado. Necesitado.

Si esto era ser besada. ¿Porqué tarde tanto en besarlo? Los quiero todos los días, a todo momento, sus besos húmedos y delicados. ¡Me encanta!

Edmund se separó de mi. Y ya necesitaba sus labios sobre los míos. Nuestras respiraciones hechas un caos. Nuestros pechos exaltados. Nuestras frentes se juntaron, podía escuchar sus jadeos y el los míos.

- No se que estoy haciendo... no debi... Anna...

– ¡No! – dije con una carga de eufória y miedo porque el se separara de mi. Nuestras frentes seguían unidas, éramos uno, mi cuerpo era ligero y sus manos en mi cintura me hacían sentir completa. Ni siquiera yo sabía que podía sentirme así con él, con un simple toque de él. Esto no me lo explicaron en la mansión, no me dijeron que yo podía sentir esto...

– Edmund, no huyas. Dime porque no deberías besarme, dime porque no quieres que este cerca... dame una razón, dimelo ahora y yo voy a aceptarla. Lo prometo –. Tal vez no debi decirlo, porque el miedo se apoderó de mi, pero ya estaba cansada de que él se contradijera con sus palabras. Era suya, pero no me tomaba en ningún sentido.

Estaba agitado igual que yo. Sus manos se movieron en suaves toques de mi espalda hasta mi cuello y todo mi cuerpo estalló en cosquillas y escalofríos.

– No quiero lastimarte Anna.

– No lo harás, solo déjame entrar –. Ni yo sabía que estaba pidiendo, pero era lo que sentía decir y pedir.

– El puto problema es... que si te dejo entrar, Anna te voy a arrastrar conmigo. Vas a ser mi locura y perdición–. Sus palabras me estremecieron aún más. Abrí mis ojos para verlo y el ya me estaba mirando, separamos un poquito nuestros rostros. Todo se volvió más relajado, sus ojos brillaban con destellos que jamás había presenciado. Sus manos se sentían correctas, todo se sentía bien.

– No tengo miedo. Solo... permiteme ser tu esposa, complacerte... porque al hacerlo, también se que puedo complacerme a mi – respondi. El llevo sus manos a mi rostro, con su dedo anular dio suaves toques a mi labio inferior que seguía caliente por su beso. Se que quería decir que no, lo vi en sus ojos... así que hable antes que él dijera algo.

– Porfavor Edmund, toda mi vida he estado sola. No entiendo la mayoría de cosas que me pasan contigo, mi mente se dedico a una sola cosa, a un objetivo. Y ahora que te tengo, experimento otra clase de cosas. Mademe Dorothea decía que el amor no estaba permitido, así que jamás lo conocí. No nos permitían encariñarnos con nadie, pero yo lo hice con una chica, Fiorella era mi amiga. Edmund estuve repimida por 20 años, pero contigo he experimentado cosas que miraba en las películas que nos dejaban ver, las pocas que fueron buenas. Solo déjame entrar–. Mi voz era una suplica, lleve mi mano izquierda al área donde esta su corazón. Pude sentir el rápido palpitar.

– No se que te paso, ni porque me huyes, pero puedo entenderlo si me lo explicas, solo...

Edmund me cayó de un beso. Esta vez el beso fue más profundo, un beso más deseado, más oscuro. Apenas podía seguir el ritmo, pero abrí mi boca y le di paso a su lengua. Me apretó a su cuerpo, sus manos acariciaban toda mi espalda. Sus labios besaron mi mejilla, luego bajo a mi cuello y enterró su rostro ahí. Sentí su lengua recorrerlo y me estremeció tanto que solte un pequeño ruido de exitacion. El me mordió un poco el cuello, luego subió hasta el lóbulo de mi oreja, y el hablo.

ANNA ES MÍA(completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora