Gastón asegura que, ahora más que nunca, existe la posibilidad de que un gran secreto una a Augusto y Luciano; golpea la mesa, producto de la impotencia, mientras ve la foto de Patricia y dice, entre lágrimas, que su muerte no quedará impune.
Amanda le dice a Pablo que las obsesiones suelen ser muy peligrosas y hasta mortales y que, de seguro, lo que siente por Santana le ha causado o le causará problemas con Luciano; le recuerda que él quiere mucho a este y lo considera como casi su hermano, por lo que lo mejor es alejarse yéndose de viaje. Pablo le dice que tiene mucha razón y, después de la boda de Anna Mercedes, se irá de la ciudad por un tiempo.
Bruno llega a casa de Vicente y le dice que debe existir alguna forma de evitar que Ester se quede con la mitad de su dinero, pero el abogado le hace saber que es imposible hacer algo, pues es una de las cláusulas más claras en su acta de matrimonio. Bruno maldice el día que su esposa regresó y asegura que le hierve la sangre de solo pensar que tendrá que compartirle uno de sus billetes; Vicente, en sus adentros, piensa que este es un ser realmente ambicioso y miserable.
Durante la cena, Gastón no le quita la mirada de encima a Luciano, ocasionando una notable incomodidad. Luego, se despide de él apretándole fuerte la mano, por lo que este piensa que la decisión de Gastón de aceptar su relación con Santana esconde algo más.
Más tarde, Luciano no aguanta las ganas y le llama a Anna Mercedes, pero no se atreve a hablar; esta le dice que sabe que es él y que, ahora que la escuchará, debe aceptarle que lo extraña mucho y que lo ama más que antes. Las lágrimas de ambos demuestran el sufrimiento causado por un amor que, gracias al odio y las intrigas, debió tomar el rumbo equivocado. Por sus mentes pasan, como escenas de una película de amor, las imágenes llenas de nostalgia de esos momentos abundantes de sonrisas y felicidad que, gracias a la falta de valentía por defender lo que sienten, tal vez, nunca les vuelvan a suceder en el futuro.
Días después, Ester le llama a Cecilia y le dice que al día siguiente firmará el divorcio y que ya está todo listo para la cena de compromiso de Jonás y Anna Mercedes.
Bruno le dice a Vicente que es un perfecto inepto, pues en todos esos días la cabeza no le dio para pensar en una estrategia que evite lo que causará su divorcio.
Jonás le reclama a Augusto que, hasta ahora, no haya hecho nada para alejar a Luciano de la vida de Anna Mercedes y le recuerda que en tres meses tiene que casarse con esta. Augusto le acepta a su sobrino que no sabe cómo alejar a Luciano y le cuenta que Franco fue asesinado cuando estaba espiando a este, además, que le han mandado anónimos amenazándolo de muerte.
Carlos le pregunta a Bernardo por qué no ha hablado con Olivia y Pablo sobre lo que acordaron; él le hace creer que no ha encontrado el momento oportuno para hacerlo y que recuerde que ese tipo de cosas no son fáciles de decir. Carlos le dice a su tío que no termina de convencerle su nobleza, pues para nadie es un secreto que siempre le ha hecho sentir a su primo que no es su hijo, por lo que, si esa misma noche no cumple lo que acordaron, tendrá que hacerlo por su cuenta.
Fabrizio le dice a Imanol que ver a Miranda y Verónica juntas es realmente maravilloso y que no cabe duda de que se fijaron en las mujeres ideales. Imanol le dice que quiere proponerle a esta que sea su novia, pero no halla una manera especial de pedírselo, Fabrizio le dice que le tiene una gran idea.
Luciano se cuela por la ventana de la habitación de Anna Mercedes y le dice que está a tiempo de cambiar de planes y no casarse con Jonás; le dice que apenas se llevará a cabo su cena de compromiso. Ella le confiesa que siente que ya no la ama, pues ahora su corazón le pertenece a Santana, pero Luciano le deja claro que si está al lado de esta es para olvidarla, pues el único amor de su vida es ella. Ambos se besan con pasión y ella le dice que ese beso es de despedida.
Augusto le pide a Anna Mercedes que, aunque sea por cordialidad y decencia con Jonás y Teresa, finja que está feliz por su cena de compromiso; le dice que está seguro de que cuando se case será muy feliz y su capricho absurdo por Luciano quedará sepultado en el pasado.
Bernardo le dice a Carlos que ha notado a Pablo muy deprimido últimamente y no cree conveniente que le deba contar la verdad. Carlos le dice que por primera vez está de acuerdo con él en algo y, solo por el aprecio y amor que le tiene a su primo, lo apoyará en no decir nada por los momentos.
Gastón se entera por Amanda de que Sagrario Santacruz vive en Guadalajara y que desde hace veinte años esta no quiso volver a la capital.
En Houston, Héctor está reunido con Cecilia en la terraza de su apartamento viendo las fotos de Ester; él le hace saber que ama a su madre con todas sus fuerzas y que piensa viajar al D.F. para darle una sorpresa. Cecilia le dice que lo admira como hombre y le confiesa que lo considera como el padre que Bruno nunca fue con ella.
Se lleva a cabo la cena de compromiso. Jonás brinda por su próxima boda con Anna Mercedes y les anuncia a todos que se efectuará en tres meses; Luciano siente que su corazón se rompe en mil pedazos.
Teresa se le acerca a Anna Mercedes para pedirle que haga muy feliz a Jonás, pues no quiere que su hijo sufra en el amor como le ha pasado a ella; Verónica interrumpe la conversación para decirle que si ha sufrido por amor es porque se fijó en un hombre casado con la finalidad de destruir un matrimonio. Teresa se llena de ira cuando Verónica asegura que si su prima se casará con Jonás es para arrancarse a Luciano del corazón, así como Santos se fue a vivir con ella para tratar de superar su separación de Alicia.
Todos se van a sus casas; Ester va llegando a la mansión de haber llevado a Alicia y a sus hijas y se da cuenta de que el Catrín Asesino va saliendo misteriosamente por el jardín trasero. Bruno ve que su esposa no se baja de su auto y decide averiguar a dónde ha decidido ir a esa hora. Esta llega al lugar donde Clara fue el día de su muerte y decide seguir los pasos del asesino sin percatarse de que su cómplice la ha visto. Ester descubre lo que el Catrín esconde y grita ante la magnitud del horror, por lo que empieza un enfrentamiento entre ambos. El cómplice decide actuar sujetando a Ester, mientras el Catrín la amenaza con un cuchillo, pero esta, hábilmente, logra arrebatarle la máscara que lleva puesta; Bruno queda impresionado al ver el rostro del criminal, y el cómplice se da cuenta de su presencia en el lugar. Bruno se sorprende cuando el cómplice también se quita la máscara y revela su rostro, mientras Ester ha sido amordazada, por lo que les dice a los despiadados criminales que jamás se imaginó que fueran tan hábiles e inteligentes y que ya saben lo que piensa de lo que harán al respecto, así que lo único que está esperando es que continúen. Bruno le lanza un beso a su esposa y le dice que lamenta mucho la manera tan particular en la que tuvieron que divorciarse; acto seguido, el Catrín toma el cuchillo y acaba con la vida de Ester. El cadáver de esta es dejado en el mismo lugar donde Clara fue encontrada sin vida hace veintidós años.
Augusto llega furioso a su casa y asegura que los crímenes que ha cometido lo enloquecerán; se quita unos guantes negros y asegura que con los mismos ha sacado del paso a lo largo de su vida a las personas que le estorban. Por otra parte, Rita le pide perdón a la Cruz por tantos secretos que carga en su conciencia y asegura que por nada del mundo permitirá que los mismos salgan a la luz. En Tentación, Santos llega muy nervioso y le pide a Teresa que le sirva un trago, pues necesita desconectarse de muchas cosas que lo tienen mal. Luego, Humberto llega a su casa y se queda mirando fijamente a Elena mientras duerme, le acaricia el rostro y asegura que ella siempre se mereció un mejor esposo; se quita una chamarra negra y la cuelga en el armario.
¿Estarán entre Augusto, Rita, Santos o Humberto los asesinos de Ester?
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Lo que nunca se apagó
RomanceServando, el brujo de Villahermosa 🇲🇽, ha decretado: «Te ato a ti y a toda tu familia a vivir bajo esta maldición que tú misma provocaste, producto de tu debilidad y más predominantes deseos; tan solo la pureza y valentía de aquellas almas nobles...