Lo que nunca se apagó

Capítulo 114

Amanda se siente mal ante tanta impresión y tienen que llevarla de inmediato a la mansión.

Rita le dice a Cristóbal que le dará veinticuatro horas para pensar en la siguiente propuesta: revivir viejos tiempos como los que pasaron en Pachuca de Soto o la muerte.

Al día siguiente, una mujer, llamada Mónica Sainz, llega a la mansión y pide hablar con Olivia y Pablo. Cuando los ve, les dice que fue a darles razón de Martín Altamirano.

Anna Mercedes se conmueve al leer una carta que le envió Esteban donde le dice que haberla conocido a ella y a Luciano le enseñó una gran lección de vida y que desea de corazón que puedan ser felices, pues se lo merecen luego de tantos obstáculos que han derribado juntos. Se despide pidiéndole que confíe y crea en el amor que la une a su novio, pues, si Dios permitió que se cruzaran en un solo camino desde que eran niños, fue con un propósito especial: el que sean felices por siempre.

Esteban va por la calle hablando por teléfono con su amigo Daniel, quien le está proponiendo que sea su asesor legal en el centro de salud mental que piensa abrir en España, y se tropieza con una chica, llamada Carmina, a quien por accidente le derrama el helado sobre la blusa. Esteban se queda mirando fijamente a los ojos de esta y recuerda, inmediatamente, cuando Luciano le dijo que el amor tocaría su vida cuando menos se lo esperara.

Jonás revisa unos documentos y se da cuenta de que Teresa dejó las escrituras de las instalaciones del club a su nombre, por lo que se le ocurre una gran idea.

Mónica le dice a Pablo que pudo leer en Internet el anuncio que publicó donde busca a Martín y dedujo que es su hijo, además, le hace saber que es la esposa de su papá. Le cuenta que se casaron años más tarde de que este se separó de Olivia, y que él vivió toda su vida enamorado de esta. Pablo se impacta cuando ella le entrega un documento donde se ha convertido en el heredero universal de su padre, pues este falleció hace un año. Mónica le hace saber que este siempre lo sintió como su propio hijo, a pesar de la dura traición de Olivia con Eugenio. Olivia interviene y le cuenta a la mujer que su hermana Viviana creó esa falsa historia de que ese hombre era el padre biológico de Pablo.

Rita llama a María, quien desconoce lo que está pasando con ella, y le pregunta cómo están todos por la mansión; la ama de llaves le cuenta lo que ha sucedido con Augusto y que Amanda está mal de salud.

Rita sirve dos tragos, uno para ella y otro para Viviana; ambas brindan recordando cuando hace veintidós años hicieron un pacto de silencio, el cual llamaron «Tú callas, yo callo», con la finalidad de ayudarse mutuamente y guardar todos los secretos que tuvieran en común, secretos fundados en odio, envidia y muerte. Rita nunca ensució sus manos matando a ninguna de las víctimas, pues fue la autora intelectual de los crímenes, y pensó, erróneamente, que con esto podría no ser alcanzada por la justicia; fue Viviana Ferreira, entonces, «el Catrín Asesino», quien llevó a cabo con sus propias manos estos asesinatos, inclusive el de Diana, su propia madre. Ella felicita a su tía por haber sido la mente maestra de todos los planes que llevaron a cabo, y le agradece, con lágrimas en los ojos, que le haya dado la mejor de todas las ideas cuando necesitó vengarse de Olivia. Escenas de hace veinte años muestran cómo Rita le ofreció mucho dinero a aquel hombre, llamado Eugenio Morales, para hacerlo pasar como el padre biológico de Pablo delante de Martín, y luego de haber logrado el objetivo, Viviana mató a Eugenio electrocutándolo en una piscina, para que este nunca las delatara. Ambas brindan, cruzando sus copas de whisky como en una especie de ritual sombrío de alianza, ratificando la incondicionalidad entre ambas.

Cristóbal no puede creer lo que escucha cuando Rita les dice a Berenice y Viviana que, ahora que todos saben sus secretos, lo mejor es que termine con la persona que le destruyó la vida y por quien inició su venganza, por lo que le pide a Viviana que lo mate a él y a Soledad, pero solo hasta que ella haya logrado su objetivo y la llame para darle la orden.