Lo que nunca se apagó

Capítulo 4

Tomás descubre la carta que dejó Candelaria y se dispone a leerla.

Miguelina recuerda que ya se acerca el cumpleaños de Rita y de seguro Amanda se lo celebrará como de costumbre, pues es el día de la independencia mexicana; piensa que esa será la ocasión perfecta para que León envenene a su esposa.

Florencia le pregunta a su prima a qué se debe su cambio drástico de actitud; Amanda decide contarle el porqué.

Tomás se sorprende al leer que Candelaria se contagió de gonorrea, gracias a que se acostó con Servando, y que este derramó un maleficio sobre él, el cual consiste en que, si Tomás no se casa con Candelaria, una enfermedad parásita lo irá consumiendo hasta acabar con su vida.

Demetrio decide aceptar el chantaje de León y se emociona cuando este le dice que, al hacerse poseedor de la herencia, le otorgará el diez por ciento de la misma.

Amanda le confiesa a Florencia que ha decidido ser espiritista y que practicando consultas de invocación se encargará de la manutención de sus hijos; su prima le dice que le da mucho miedo lo que le cuenta y no comparte la decisión que ha tomado.

León le comenta a Miguelina que Demetrio, dudoso, aceptó la propuesta que le hizo y ahora debe buscar las maneras de deshacerse de Amanda.

Tomás dice que debe encontrar la forma de acabar con el maleficio de Servando, pues necesita estar totalmente sano para conquistar a Amanda, por lo que decide buscar ayuda con alguien que sepa de hechicería.

Florencia le cuenta a Gaetano que Amanda ha decidido ser espiritista y piensa abrir un centro espiritual.

Miguelina le plantea a León que envenene a Amanda durante la fiesta de cumpleaños de Rita y que invite a Demetrio para que no levante sospechas durante el asesinato.

Tomás está muy preocupado y le confiesa a Gaetano lo que le hicieron Servando y Candelaria, por lo que su amigo le dice que la única persona que puede ayudarlo a resolver su problema es la misma Amanda.

Amanda le pide al Gran Calatrava que, al divorciarse de León, permita que llegue a su vida un hombre honesto y responsable que la ame de verdad y la acepte con sus hijos.

León le comunica a Amanda que aceptará darle el divorcio y le pide que firme una cláusula, donde él le cede todos los bienes que contrajeron durante el matrimonio. Ella, quien no sabe leer y apenas escribir, firma la supuesta cláusula, que, en realidad, es una carta poder, donde permite que su esposo maneje toda su fortuna. Más tarde, León le entrega a Demetrio la carta poder firmada por su esposa y aprovecha para invitarlo al cumpleaños de Rita.

Tomás le confiesa a Florencia que quiere a Amanda y que esperará pacientemente a que sea una mujer libre para demostrarle su amor.

Miguelina se aparece en casa de Demetrio y le exige que cumpla con el trato que hizo con León, pues ella necesita que este se quede con la fortuna de Amanda; el juez le dice que es un plan muy riesgoso, a pesar de que ya lo aceptó, por lo que ella le pregunta qué necesita para estar completamente convencido. Miguelina se acuesta con Demetrio y le hace jurar que la ayudará con el robo de la fortuna.

Llega el día de la fiesta de cumpleaños de Rita; Tomás se aparece de improviso y le regala un hermoso vestido a la niña, quien le dice con tono grosero que no lo conoce. Amanda le dice a su hija que el joven es un amigo de la familia y que, en vez de comportarse grosera, le agradezca por el regalo que le llevó. Luego, le pide a Tomás que se retire, pues León puede llegar en cualquier momento y no quiere más problemas.

Miguelina se emociona al enterarse de que está embarazada de León.

León llega con Demetrio al cumpleaños de Rita; Gaetano no comprende desde cuándo su tío y él son tan amigos. Al rato, León le pide perdón a Amanda por todo el daño que le ha hecho y que, al hacerse efectivo el divorcio, le permita estar cerca de sus hijos.

Miguelina observa la fiesta de Rita a escondidas y se jura que un día ella será la dueña y señora de esa casa y su hijo el heredero principal de León Pocaterra.

Amanda está distraída realizando juegos y dinámicas con los niños en el jardín, mientras León, en la cocina, se coloca unos guantes y decide servir las bebidas, donde con una envenenará a su esposa. En ese preciso momento, el pequeño Augusto se cae y Amanda le pide ayuda a su esposo, pues el niño se lastimó la pierna; León hace una pequeña cruz al fondo del vaso para distinguir que es la bebida con belladona.

Luego del incidente con Augusto, León propone un brindis por Rita; le entrega a Amanda la bebida envenenada, mientras la voz del Gran Calatrava le ordena a esta, mentalmente, que cambie su copa con la de Demetrio. Ella, desconcertada, cambia su copa con la del juez, alegando que no le gusta consumir mucho alcohol; León no sabe qué hacer. Amanda corre al altar y le pregunta al Gran Calatrava por qué le ordenó cambiar las copas; él le revela que en su bebida había un veneno mortal llamado belladona.

Demetrio empieza a toser terriblemente y se toca el pecho como signo de que se está asfixiando; en medio de su delirio, ve a un hombre distinguido con ropas de médico, quien le sonríe tenebrosamente. Ante el asombro de todos, el juez cae bruscamente al piso y muere.