Lo que nunca se apagó

Penúltimo capítulo

Estefanía se emociona cuando, en una cena con Humberto y Elena, Sebastián decide formalizar su relación con miras a casarse muy pronto. Ella le dice a su novio que la hace la mujer más feliz del mundo y que está segura de que a su lado vivirá una historia de amor tan hermosa como la de sus suegros. Elena bendice la unión de su hijo y Estefanía y les pide que luchen por su amor contra viento y marea.

Pablo le entrega a Gastón el diario de Rita y ambos descubren los crímenes que esta planeó. El comisario se entera de que Viviana fue cómplice de Rita y que ejecutó los asesinatos de Clara, Diana, Ester y Pascual; se horroriza, también, al saber los detalles del despiadado cautiverio de Soledad. Además, descubre que Bruno estuvo presente en el lugar del crimen de Ester, pero que no hizo nada para detenerlo.

Carlos no puede creer que su madre sea una vil asesina cuando lee con sus propios ojos el diario de Rita; llora amargamente ante todo lo que ha descubierto.

Luciano le pide a Dios que tome el control absoluto del plan que llevará a cabo y le pide perdón porque hará justicia con sus propias manos, además, asegura que, aunque su objetivo es recuperar la confianza de su amada Anna Mercedes en un momento tan crítico, llegó la hora de que le cuente a esta toda la verdad.

Amanda es atendida de emergencia; Olivia le pide al doctor que haga todo lo que esté en sus manos por salvar la vida de su abuela. Todos llegan a la clínica al enterarse de la situación de Amanda y responsabilizan a Rita de lo que le pase.

La familia se entera de los asesinatos ejecutados por Viviana bajo órdenes de Rita. Raquel comenta que ahora entiende por qué esta le prohibió a María que visitara a Gerardo en la cárcel, pues era obvio que a ella no le convenía que el caso de la muerte de Clara fuera reabierto de alguna forma. Alicia y Elena dicen que Rita es el diablo hecho humano y Viviana, una copia fiel y exacta de la misma.

Anna Mercedes, llena de desesperación y tristeza por la tragedia que está enfrentando su familia, le dice a Luciano que ya no puede darle más plazo a la confianza que ha depositado en él y que, si no decide contarle ahora mismo el secreto que lo une a Augusto, lo mejor es que den por terminada su relación. Él accede.

Rita recuerda el daño que hizo a lo largo de su vida: la expulsión del sacerdocio y encarcelamiento de Cristóbal, la separación de Martín de Olivia y Pablo, las muertes de sus hermanas Clara y Diana, de su excuñada Ester, y del jardinero Pascual, los intentos de asesinato de Brenda, Darío, Irene y Felipe, el encierro macabro de Soledad y el haber causado que Amanda se encuentre ahora al borde de la muerte. Le reprocha a Dios que la haya abandonado durante toda su vida y que por esa razón sus días siempre fueran un infierno. Maldice a toda su familia, en especial, a su madre, de quien desea su vida se acabe muy pronto y tener la satisfacción de haber logrado su objetivo. Con una mirada llena de odio y rencor, se jura a sí misma que saldrá de la cárcel y acabará con todos los que le faltan en su lista. En ese instante, se le aparece el Gran Calatrava y le dice, con sarcasmo, que tenga mucha paciencia, pues su estadía en prisión será más corta de lo que cree.

Por otra parte, Augusto recuerda el daño que hizo a lo largo de su vida: los intentos de violación de Cristina y Santana, la frustración profesional de Julián, la estafa de Humberto y Elena, los intentos de asesinato de Federico y Gastón, la muerte de Patricia, las mentiras para destruir el amor de Anna Mercedes y Luciano y el haber provocado la peor de las desgracias en la vida de este. No puede creer que, luego de haber sido un hombre tan listo, se encuentre ahora tras las rejas, y dice que asumir esa realidad es para perdedores y él no es uno de ellos. Asegura que Federico y Luciano creen que han triunfado sobre él, pero está seguro de que saldrá muy pronto de prisión y se encontrará con ellos una vez más. De repente, queda sorprendido cuando se le aparece el Gran Calatrava, quien le dice que volverá a ver la luz del día, pero que se grabe muy bien ese día, pues jamás habrá otro igual.