Capítulo 77

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Al día siguiente, todos en la mansión están muy consternados por el asesinato de Ester. Amanda y María comentan lo feliz que ella estaba ahora que se iba con Héctor a Estados Unidos.

Bruno finge dolor ante la desgracia que ha ocurrido y asegura que, si su divorcio se hubiera efectuado antes, Ester aún estuviera entre ellos; Amanda le pide a su hijo que no se culpe, pues las cosas pasan por alguna razón.

Cecilia se siente destruida cuando Bruno le llama para darle la lamentable noticia y le dice a su papá que viajará a México de inmediato.

Uno de los oficiales policiales le sugiere a Gastón que revise el expediente de Clara Montalvo y podrá darse cuenta de que esta y Ester fueron dejadas sin vida en el mismo lugar. Él verifica la información y comprueba lo que le ha dicho su colega; asegura que ambas fueron asesinadas de distinta forma, pero, tal vez, quien llevó a cabo los crímenes sea la misma persona.

Todos ven llegar durante el funeral a Héctor, la pareja de Ester, quien llora amargamente sobre la urna de su amada y asegura que, de haberse quedado en Houston, jamás la hubiera perdido como ahora, para siempre. Luego, dice delante de todos que la sorpresa que le tenía a Ester era pedirle que se casaran, pues, desde hace más de diez años, ese era el sueño de ambos y les muestra, devastado, el anillo de compromiso.

María se conmueve por las palabras de Héctor y asegura que este sufre al igual que Gerardo sufrió cuando asesinaron a Clara, y Fausto cuando murió Diana.

Bruno le ofrece su apoyo a Héctor y le dice que, aunque no fue el mejor de los esposos, quería ver a Ester feliz y sabía perfectamente de que él podía hacer eso posible.

Pablo le dice a Amanda que no cree en la nobleza de Bruno, pues, durante el tiempo que ha estado trabajando junto a este en la fundación, ha podido darse cuenta de que es un hombre muy egoísta y ambicioso. Amanda le pide a su bisnieto que no hable mal de Bruno delante de ella, pues, independientemente de la actitud de este, es su hijo y le duele todo lo que hablen en su contra.

Carlos le dice a Viviana que habló con Bernardo y le contó la verdad de lo que pasó con Martín Altamirano, ella se enfurece y le reclama a su hijo que haya roto el pacto que hicieron. Carlos le dice a su mamá que le duele ver a su primo sufrir por Santana y que no tenga el apoyo de un padre, ya que Bernardo nunca se ha comportado como tal. Él le pide que esté tranquila, por lo menos por un tiempo, puesto que este y él decidieron callar porque Pablo está atravesando una crisis depresiva. En sus adentros, Viviana dice que su hijo y su sobrino nunca deben enterarse de una gran verdad que ha guardado en silencio celosamente.

Imanol, molesto, le reclama a Estefanía que haya ido de bocona a decirle a Sebastián que su relación con Verónica no podía ser y le pide que no se meta en su vida, pues él no se mete en la de ella. Estefanía le dice a su primo que ella no puede apoyar su engaño y le exige que le hable con la verdad a Verónica antes de que el daño sea irreversible. Él le dice que si esta se entera de algo ya sabrá que fue su culpa y es ahí cuando conocerá su lado más oscuro.

Al día siguiente, todos acuden al sepelio de Ester.

Cecilia llora desconsolada cuando le informan en el aeropuerto de Houston que su pasaporte está vencido y, por lo tanto, no podrá viajar, por lo que le llama a Amanda y le pide que se despida de su madre en su nombre; asegura que el dolor que la embarga la hace sentirse muerta en vida.

Héctor les dice a Amanda y Bruno que aceptar la muerte de Ester será un proceso muy difícil en su vida y no sabe si algún día pueda asimilarlo. Amanda le dice que, a través del tiempo, Dios le dará la resignación necesaria para que aprenda a vivir con el recuerdo del amor de su vida.

Más tarde, Héctor se va, no sin antes pedirle a Gastón que no deje de investigar y que cuando descubra quién asesinó a Ester haga que todo el peso de la ley recaiga sobre esta persona, le da la mano y le dice que esperará pacientemente a que lo esté llamando.

Al día siguiente, Imanol y Fabrizio invitan a Verónica y Miranda, respectivamente, a Tepoztlán.

Humberto y Elena le notifican a Sebastián que han decidido irse de viaje por toda Europa para celebrar su aniversario de bodas; le hacen saber, también, que estarán durante tres meses en el continente.

Anna Mercedes se encuentra con Santana en una tienda y le dice que debe estar feliz por haberse ganado finalmente el amor de Luciano, pero Santana le responde que ella sabe muy bien que nunca se interpuso entre ellos dos, pues para nadie es un secreto que su relación con este se terminó porque decidió confiar en las palabras de Jonás. Le recomienda que deje de llorar por una herida que ella misma se hizo y que asuma las consecuencias de sus impulsivas decisiones.

Más tarde, Anna Mercedes asegura que alguien la está siguiendo y se siente muy asustada; en ese momento, le llama un hombre, el cual le dice que al verla se dio cuenta de que está mucho más hermosa que la última vez que la vio. Ella le pide que deje de molestarla, pues si sigue haciéndolo se lo hará saber cuanto antes a la policía.

Gastón le comenta a Amanda que el crimen de Ester tiene muchas similitudes al de Clara y desea llegar hasta el fondo del mismo para hacer pagar a los despiadados que lo llevaron a cabo. Ella le hace saber que cree en la inocencia de Gerardo Gamboa, pero en todos esos años se le ha hecho imposible convencer a Tomás de lo contrario; asegura que espera que un día la verdad pueda salir a la luz. Gastón le dice que nunca ha habido pruebas que inculpen a Gerardo de la muerte de su hija, pero, gracias al gran peso político que ejerció Tomás sobre el caso en aquel momento, él se mantiene en la actualidad tras las rejas.

Alicia sale de paseo con Olivia y Laura; las tres deciden darse un «break» para desconectarse de la rutina. Alicia dice a sus sobrinas que su amor por Santos sigue intacto, pero que de la misma forma sigue presente el dolor causado por su traición. Laura le aconseja que piense bien si quiere o no divorciarse de su tío o permitirle a este que le demuestre con hechos que en verdad está arrepentido.

Augusto ve a Santana caminando por la calle y piensa, detenidamente, que no está nada mal como mujer al detallar lo atractiva que es físicamente, por lo que, tal vez, debería de acercársele un poco más para fastidiar a Luciano y Gastón y recobrar su virilidad. Dice que sus deseos sexuales son desmedidos y se atreve a reconocer que cuando era niño se metía en la habitación de Amanda para ver cómo esta tenía relaciones con Tomás. Augusto se ofrece a llevar a Santana a su apartamento, pero esta le dice que no es necesario que lo haga, por lo que él se baja del auto y la intimida diciéndole que no es conveniente que una chica ande sola por un lugar tan peligroso de la ciudad; al final, Santana acepta.

Jonás ve a Santana subirse al auto de Augusto y no entiende por qué lo hace.

Lo que nunca se apagóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora