Las primeras impresiones

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Capítulo sesenta y seis

—Pablo —Ángela abrazó al empresario, aunque este venía de la mano de Melanie. Al mirar a la mujer que lo acompañaba se sorprendió—. Eres parecida a ...

—Cielo, lo sé —dijo Melanie cansada de que todo el mundo se lo recordara.

—Ángela, te presento a mi amiga Mel —Pablo estaba haciendo lo que su novia le había pedido.

—¿Solo amiga? —preguntó Ángela de manera descarada.

—Amiga —Pablo notó las intenciones de Ángela, por lo que prosiguió—. Solo porque ella aún no me acepta como su pareja. Le estoy dando tiempo a que conozca lo maravilloso que puede ser estar a mi lado.

—No es necesario que digas eso, sé que lo eres —Melanie pareció un poco más feliz con esa presentación.

—Serias afortunada si aceptaras a Pablo —Ángela deseaba decir otra cosa, pero se contuvo. Después de todo no podía hacer una escena en ese lugar.

—Si nos disculpas, estamos llegando tarde —dijo Melanie avanzando de la mano de Pablo y yendo hasta sus asientos.

—¿Celosa? —preguntó Pablo susurrando.

—Se nota que tienes muchas amigas. De todas maneras puedo con eso —Melanie se sentó al lado de Lena sin mirar a Pablo.

—Ella y yo salimos seis meses. Únicamente te lo cuento para que no haya malos entendidos —Pablo se sentó al lado de Melanie.

—¿De qué estás hablando? —ella lo miró molesta—. ¿Dejas que tus ex te abracen así?

—No la considero una ex, solo salimos —indicó Pablo, feliz de ver cómo Melanie se ponía. Era la primera vez que mostraba sus celos tan abiertamente.

—¿Te acostaste con ella? —preguntó Melanie y Lena sonrió.

—No creo que esa chica conozca tan íntimamente a Pablo. Se nota que se muere de ganas de abrir las piernas ante cualquiera —Lena miró a Leonardo cuando lo dijo.

—No empieces —Leonardo estaba molesto por la actitud de esta.

—¿A qué te refieres? —preguntó Melanie.

—También abrazó así a Leonardo, es su cuñada, pero no quiere decir que lo es. Tal vez busca un favor más personal de él.

—No le faltes el respeto sin siquiera conocerla —dijo Pablo haciendo que Lena dejara de sonreír.

—¿La estás defendiendo? —preguntó Melanie.

—Solo digo que está mal hablar de personas que no conocemos —respondió Pablo haciendo que Melanie se pusiera más celosa.

—Cambiando de tema, está todo listo —le indicó Leonardo a Pablo.

—Me alegro —Pablo no podía evitar sonreír.

Le gustaba saber que Melanie se ponía de ese modo por una vez. Siempre había sido él quien se sintiera celoso. De todas maneras, después tendría que hablar con Leonardo para marcar algunos límites.

Se apagaron las luces y solo se prendieron las que iluminaban el pequeño escenario. Había muchos empresarios en esa fiesta. Muchos de los cuales apoyaban a Caín, por lo que Pablo no podía cometer errores.

—Recuerda que solo te amo a ti —dijo Pablo a Melanie en el oído.

Un hombre subió al escenario, era Caín, lo había hecho al lado de una mujer mayor que él, pero muy llamativa.

—Bienvenidos a todos los presentes. Estamos aquí para honrar la memoria de mi gran amigo Miguel —dijo Caín y Leonardo se tensó—. Él fue un gran artista que todos extrañamos, y junto a su madre queremos hacer un recorrido por su vida. Porque es importante que tengamos presentes a quienes amamos.

Pablo tomó la mano de Melanie debajo de la mesa cuando Caín miró en su dirección.

—Gracias, querido, Caín y Miguel fueron grandes amigos. Así que quien mejor que él para hacer la recopilación de imágenes para esta presentación —dijo la mujer. Melanie notó que sabía llevar bien sus años.

—Todo estará bien —le dijo Pablo a Leonardo y Melanie lo escuchó.

—Miguel es el hermano mayor de Leonardo —le contó Lena a Melanie—. Parece que murió asesinado por tipos con los que andaba Caín. Por eso Leonardo está así.

—Gracias por el dato —dijo Melanie y todos miraron al frente.

Las imágenes empezaron a pasar en una enorme pantalla. Las primeras eran de la infancia de Miguel, en algunas fotos aparecía Leonardo y otro niño. Melanie supuso que era su hermano menor, ya que los tres eran muy parecidos. El problema vino cuando empezaron a verse las fotos de la facultad, en todas Pablo salía abrazado a Cielo. Incluso en muchas ellos estaban besándose. Pablo apretó la mano de Melanie y esta contuvo su deseo de soltarlo.

—Caín lo está haciendo a propósito —dijo Pablo, quien ni siquiera recordaba la mayoría de esos sucesos.

—Estoy bien —le contestó ella como si no deseara irse.

Sin embargo, notó que Leonardo y Caín siempre miraban a Cielo. Como si hubiera una complicidad que quien no los conociera no entendería. Ángela también aparecía, mirando a Pablo muchas veces. ¿Leonardo y Caín estaban también enamorados de Cielo? Se preguntó Melanie, esto hacía que todo se viera más oscuro, incluso los celos de Pablo parecían ser más claros. No quería que tuviera a Caín cerca, pero a su amigo... ¿Sería posible que Leonardo hubiera prendido fuego su casa a propósito? Él estaba muy tranquilo pese a haber perdido todos sus bienes.

—¿Estás bien? —preguntó Pablo al notar que la mano de Melanie se notaba más tensa.

—Sí, es solo que necesito que me cuentes algunas cosas cuando el día termine —le susurró ella al oído.

—Lo que sea, cuenta conmigo —dijo Pablo y las luces se encendieron después de mostrar una fotografía donde aparecía Miguel con su hija en brazos.

—Gracias a todos por venir hoy a este homenaje, subastaremos algunas obras y las ganancias serán destinadas a contribuir con los hospitales de la ciudad —dijo Caín con un porte impresionable, y le pasó el micrófono a la madre de Leonardo.

—Mi hijo no tuvo la posibilidad de sobrevivir tras recibir un disparo que acabó con la felicidad de toda nuestra familia. Si bien no todos los responsables fueron a prisión —dijo la mujer mirando a Pablo—. Los hospitales no estaban preparados para manejar ese tipo de situación. Por lo que hoy hacemos esto para ayudar a muchas personas en la misma situación que mi amado Miguel. Disfruten de la cena y después comenzaremos con esta increíble subasta.

La mujer bajó del escenario de la mano de Caín y se perdieron entre la gente. Sin embargo, en la mesa de Pablo apareció un muchacho de la edad de Melanie, tal vez unos años más. 

Autora: Osaku

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