Antes de terminar

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Extra

Cada año, Melanie y sus amigos se juntaban cerca de la fecha en la que Cielo había fallecido para hablar de ella, de las anécdotas que tenían y volverse todos, una gran familia. Aunque Caín no lo dijo, la muerte de Cielo lo afectó bastante. Al punto de que vendió todo lo que tenía y se marchó a vivir al extranjero. Algunos dicen que la granja en la que lo hacía pertenecía anteriormente a Cielo.

Jana y Milton se dieron una oportunidad y cinco años después se casaron. Tuvieron una pequeña niña a la que llamaron Darling, en memoria de la hermana fallecida de Milton. Aunque ninguno de los dos lo dijo, en parte era por todas las Cielo de su vida.

Lena y Leonardo decidieron no tener hijos, ni casarse. Ambos empezaron a viajar por el mundo conociendo diferentes lugares, y aprendiendo de cada cultura.

Rafael y Alondra si tuvieron una gran boda, aunque necesitaron ayuda de sus amigos a la hora de aprender cómo usar el arma que Rafael traía entre sus piernas. Se dedicaron a la empresa de los Dinamo junto con Milton.

—Muy gracioso, tal vez tu mujer se contagie de mí —le dijo Melanie a Leonardo. Era el décimo año que se juntaban tras la muerte de Cielo. Melanie lucía un abdomen abultado, esperaba a su segundo hijo con Pablo.

—Tú eres la que se embaraza cada diez años, no metas a mi novia en esto —dijo Leonardo riendo.

—¿Por qué pelean ustedes dos? —preguntó Lena.

—Melanie dice que como hace un mes que estamos aquí y ella está embarazada, tu útero te dirá que debes embarazarte —dijo Leonardo con ironía.

—No lo sé, tal vez te lleves una sorpresa —dijo Lena sonriendo.

—¿Eso qué quiere decir? —preguntó Leonardo y fue tras ella a la cocina.

Ángel se había sentado al lado de Darling.

—Serás mi novio cuando crezca —le exigió la niña.

—Ya te dije que no puedo ser tu novio. Tu papá es el tío de mi mamá. Deja de decir tonterías —Ángel miró a su madre, a la que no le había gustado la manera en la que había tratado a la pequeña—. Puedo ser tu amigo si lo deseas.

—¿Por siempre? —preguntó la niña de ojos azules y cabello oscuro.

—Si —dijo él y ella lo abrazó.

—Parece que se llevan bien —comentó Jana a Melanie, cuando traía las copas a la mesa.

—¿Cenamos? —preguntó Pablo acercándose a ellas.

—¿Dónde están los demás? —preguntó Lena abrazada por Leonardo.

—Creo que Rafael y Alondra están en la puerta —dijo Pablo mirando su móvil.

—¿Caín no vendrá? —preguntó Melanie y Lena le dijo que sí.

—¿Me extrañaron? —preguntó Caín que venía junto a Rafael, Alondra y una chica que no conocían.

—Hola, gracias por invitarnos, soy Monic —dijo la muchacha, con acento extraño, parecía embarazada.

—¿Cuándo ibas a decirnos? —preguntó Leonardo a Caín mientras lo abrazaba.

—No quería que dijeras que te copiaba en todo —dijo Caín y miró a Lena quien le hizo una seña extraña—. ¿Han no le dijiste?

—Iba a hacerlo hoy —dijo ella avergonzada.

—¿Qué es lo que no me dijiste? —preguntó Leonardo.

—Pues resulta que Caín y yo nos encontramos hace tres meses en París, él iba acompañado de su novia. Y cuando nos sentamos a almorzar, él pidió pescado —dijo Lena haciéndola demasiado larga.

—A Lena y a mí nos dio náuseas y nos dimos cuenta de que estábamos en... ¿Cómo le dicen aquí? —le preguntó la preciosa mujer a Caín.

—Embarazada —dijo este y le dio un beso en el cuello.

Leonardo no entendía el relato, se había quedado mirando a Lena, quien le mostró la ecografía que se había hecho.

—¿Por eso dijiste que querías dejar de viajar? —preguntó Leonardo, sorprendido.

—Sí, vamos a ser padres —dijo ella y él la abrazó.

—¿No te dan ganas de tener otra? —le preguntó Milton a Jana.

—Para nada, con una como ella me basta —dijo Jana mirando a su hija. Quien ahora estaba obligando a Ángel a que le arreglara el moño de su cabeza.

—Felicidades, hermano —dijo Rafael que traía a su pequeña hija en brazos.

—¿Tú también los sabías? —preguntó Leonardo y Alondra sonrió—. ¿Por qué soy el último en enterarme?

—Porque parecida que no querías darte cuenta —dijo Melanie sonriendo.

—Entonces, ¿al fin vamos a ser padres? —preguntó Leonardo a Lena y la abrazó con fuerza.

Ellos habían querido tener hijos, pero hasta el momento no habían podido, y un par de años atrás se habían rendido.

—Ahora sí, sentémonos a cenar, así le cuento a Monic quien es la persona que nos hizo estar hoy aquí —dijo Caín mientras le movía la silla para que su novia se sentara.

—Sí, tengo muchas ganas de que me cuenten sobre ustedes —dijo su novia y todos sonrieron.

—Pues prepárate cariño, porque hay historia para rato —dijo Melanie y Pablo se sentó a su lado—. Todo empezó una noche. Mi esposo me confundió con una...

***

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