♡CAPÍTULO 4♡
El sueño ha intentado vencerme infinidad de veces hasta que el amanecer dio comienzo hace un par de minutos. Mi valentía, esa que le prometí a Savannah tener, se ha ido disipando a medida que la noche ha ido avanzando y he estado a punto de tumbarme en el suelo y dejarme llevar por el sueño a riesgo de sufrir consecuencias por ello, pero he conseguido no hacerlo.
No obstante, no creo que pudiese soportar otra noche en tales circunstancias. Se me han adormecido hasta los dedos de los pies, las rodillas me palpitan leve pero incómodamente y no aguanto el dolor de espalda.
Las sábanas se mueven tras el estridente sonido de una alarma y me preparo mentalmente para reencontrarme con William aunque, a decir verdad, no es que lo haya perdido de vista en toda la noche que ha dormido plácidamente a mi lado, el muy canalla.
Veo que se incorpora y se sienta en la cama. Coge su teléfono y apaga la alarma.
Gira la cara para mirarme y, cuando lo hace, por un momento pienso que me va a ofrecer una golosina y a palmear la cama a su lado para que acuda a su encuentro como la perra que parece que cree que soy.
Noto cómo sus ojos sonríen al verme en la posición que me exigió mantener hace horas.
Aprieto los puños y soporto estoicamente el impulso que pugna por dispararse dentro de mí para saltar en la cama y arañarle la cara con las uñas con todas mis fuerzas hasta borrarle ese maldito gesto de satisfacción.
Ojalá pudiese regresar el tiempo e impedirle a mi hermana quedarse en casa aquella mañana. Quizás, si yo la hubiese obligado a ir a clase, mi padre no habría podido llevársela y nada de esto estaría sucediendo.
En silencio, William se levanta. Aunque creo que va a acercarse a mí y a decirme algo él, simplemente, desaparece en el interior de su baño.
¿Mi tortura continúa? Joder... parece ser que sí.
Sale un par de minutos después y, sin mirarme, entra en lo que imagino es su vestidor.
Mi mente se siente aturdida. La falta de alimento, de agua y de sueño están haciendo estragos en mí. Me encuentro mal, pero no me muevo. ¿Y si está poniéndome a prueba para ver si me levanto ahora que se ha despertado para aprovechar mi desobediencia y seguir torturándome?
William entra después de un buen rato en la habitación, clavando los ojos en mí. No se ha cambiado de ropa, aunque lleva una camiseta blanca colgando del hombro, así que, ¿qué coño estaba haciendo en el vestidor? ¿Sí estaba poniéndome a prueba, aguardando el momento oportuno?
Se planta frente a mí y alzo tanto el cuello para poder mirarlo que noto cómo se estira mi garganta.
Sus ojos caen sobre mí con una brutal intensidad que me forma un nudo en el estómago.
¿Qué hará conmigo ahora?
Da un paso más hacia mí y su entrepierna queda a la altura de mis ojos. Puedo adivinar el impresionante bulto bajo sus pantalones y trago saliva, asustada, esperando el terror que de un momento a otro me diga que le baje los pantalones y le haga una felación.
ESTÁS LEYENDO
Arrodillada
RomanceValerie se ve obligada a entrar en la vida de un atractivo y millonario hombre con el que llega a un acuerdo. Será completamente suya a cambio de que mantenga a su hermana con vida. Pero el acuerdo no es lo que Valerie creyó que sería, y pronto se v...