Capítulo 33

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♡CAPÍTULO 33♡

Ponerme al día con Riley de lo acontecido en las dos últimas semanas me lleva mi tiempo. La exposición de nuevos talentos ahora sí está a la vuelta de la esquina, pero no solo es eso, sino tampoco dejar pasar ni un solo correo, revisar la correspondencia, hacer mil llamadas y organizar muchísimos papeles, además de estar al pendiente de la organización y realización del resto de exposiciones tanto del muestre de obras programadas como el exponer de artistas cuyo mecenazgo pertenecen a Alexander y su cuñada..., y eso, como en cada empleo, lleva su trabajo.

Pero, a pesar de todo eso, cuando acaba el día me siento mentalmente agotada pero indiscutiblemente realizada.

Riley está contenta porque, a pesar de que mis jaquecas han intentado interponerse de vez en cuando, le he seguido el ritmo tras un par de horas recuperando el fuelle.

Alexander sale a buscarme en un momento dado del día y, con gesto extraño, me pide que vaya a su despacho.

Me asusto inmediatamente por si algo en mi actitud le ha parecido insuficiente en mi puesto y va a decirme algo malo, quizás incluso hasta despedirme porque no estoy a la altura, por eso, cuando me siento frente al lugar que me señala para que tome asiento, me tenso estoicamente.

–Valerie, supongo que Riley te habrá puesto al corriente de que Greg nos ha fallado. Se ha largado con sus cuadros a Roma con el contacto que le presenté, dejándome tirado.

–Sí –asiento, respirando aliviada porque la conversación parece que no va a tener que ver con mi puesto de trabajo –, Riley me habló de lo ocurrido y no sabes cuánto lo lamento. Tiene una lista de posibles candidatos a los que poder entrevistar mañana para ver sus obras.

–He visto esa lista y nadie está a la altura. Los conozco a todos y los rechacé a todos para esta exposición. De hecho, este año nos costó muchísimo decidir los artistas porque queríamos superarnos –asiento nuevamente, comprendiéndole. También estoy al tanto de eso –. En la exposición de nuevos talentos de este año no solo pretendíamos mostrar obras muchísimo más talentosas, sino innovar, pues como ya sabrás tenemos a tres artistas cuyos trabajos se basan en el juego de luces o la pintura fotocromática con rayos ultravioleta. Siempre hemos sido muy conservadores y este año queríamos salir de las monótonas críticas, que aunque siempre han sido favorables a nuestra galería ya era hora de enfocar un camino más atrevido y cambiar.

–Lo sé. Habéis elegido muy bien –y no miento. He visto las obras de esas personas las cuales la mayoría son de mi misma edad, incluso algunos más jóvenes, y son impresionantes. El talento sale a borbotones de cada obra. Lo que ocurre es que no entiendo a dónde quiere llegar Alexander con esta conversación que debería estar manteniendo realmente con Riley y no conmigo –. Alguien habrá que pueda sustituir a Greg y...

–Sustitúyelo tú.

Me pongo tiesa en el asiento y me quedo paralizada, muda.

–No es un secreto que Jay me mostró los cuadros que tienes en la habitación del hospital en el que está tu hermana y no sé si alguna vez te mencionó que me enamoraron cuando los vi, pero también me habló de tu reticencia a exponer.

–Alexander... –mi voz suena temblorosa, y al ver que me callo él se levanta, se sienta a mi lado y me mira con comprensivo y amable afecto, tal vez para que me sienta más cómoda, más no lo consigue porque este tema me tensa.

–Serías el punto más dulce de nuestra exposición. El punto más emocionalmente creativo. Este año sí que no tenemos nada de eso, no lo buscamos, pero en cuanto vi tus cuadros supe que...

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