♡CAPÍTULO 18♡
Despierto sobresaltada en plena madrugada. Estoy sudando, agitada, pero me calmo en cuanto me doy cuenta de que William sigue envolviéndome con sus brazos y piernas en el sofá de su casa. Todavía es de noche y la manta que nos cubre hace que me dé demasiado calor, por lo que me las ingenio para quitármela de encima intentando no despertarle, dejando que el único calor que me sofoque sea el de su cuerpo alrededor del mío.
Me cuesta no entrar en estado de shock al haberme despertado y tener a William a mi lado, durmiendo plácidamente. Su respiración es profunda y sus facciones de divinas pinceladas masculinas están tan relajadas que da gusto verle dormir. Despertar por primera junto a él, y sin estar arrodillada sino entre sus brazos, se siente mejor de lo que me gustaría admitir.
Sonrío como una idiota al recordar toda la madrugada. El sexo en la ducha..., cómo nos devoramos contra la pared del pasillo y luego la forma en que me apoyó en el cristal de la ventana, follándome con la vehemente pasión que lo caracteriza contra el cristal con todo Manhattan brillando a nuestros pies y su boca imantada a la mía. Volvimos a la ducha y solo nos bañamos sin dejar de besarnos antes de tumbarnos y dormirnos contemplándonos como si tuviésemos muy claro que va a ser nuestra primera, única y última noche entera juntos de la manera en la que la hemos pasado.
El desasosiego me embarga el pecho al imaginarme sacándolo de mi vida de una vez por todas, y odio no poder sentirme libre de querer desprenderme de él, pues parece que mi subconsciente está intentando chillar para que yo tome la decisión de no huir me diga lo que me diga, incluso aunque sea demasiado malo.
Descarto la idea. No es sano quedarse al lado de alguien que ha admitido que me quería hacer daño incluso antes de conocerme. Incluso aunque quisiese hacerme daño de otra forma, porque de todos modos me lo hizo. El caso es que sea como sea sigue siendo igual de malo, y no debería querer permanecer a su lado.
Tal vez lo único que necesito es oír todo lo que me tenga que decir para recibir ese empujón que me falta para aborrecerle de una vez por todas. Después de todo, no ha ocultado que es lo suficientemente horrible como para provocar algo así.
Rozo mis labios con los dedos recordando los movimientos de su boca poseyendo la mía apasionada y posesivamente, como si le perteneciese, y de algún modo sé que en parte es así. Le pertenezco como no debería pertenecerle a nadie. Cierro los ojos y disfruto de los tan recientes recuerdos de los múltiples besos que nos hemos dado en las últimas horas, estremeciéndome al notar dentro de mi boca, sobre mi lengua, el delicioso sabor de la suya.
Mis ojos se desplazan por el cuerpo desnudo que yace a mi lado y me pregunto si encontraré algún día a alguien que me haga sentir lo que me hace sentir él. La viva intensidad del fuego de la pasión encendida dentro de mí. La exuberante sensación de ser intensa, abrumadora e infinitamente deseada por alguien que con solo una mirada logra me desintegra.
¿Será capaz alguien de hacer que mi corazón lata con tanta fuerza cuando me bese, tal como ha hecho William?
Besarle ha sido una experiencia que dudo que logre olvidar jamás.
Acaricio el centro de su abdomen, pasando entre esos cuadrados y duros abdominales que esculpen su vientre. Se contrae levemente, pero no se despierta. Su rostro perfecto sigue sumido en el sosiego del sueño del que disfruta.
Es tan hermoso, y esconde tantas incógnitas.
¿Estoy preparada para oírlas todas? ¿Ya? ¿Dentro de unas horas?
Quizás estoy a escasos minutos de huir, como ha dicho que haré, si llegase a despertarse tan pronto como yo y acordásemos comenzar a hablar de lo inevitable.
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Arrodillada
Roman d'amourValerie se ve obligada a entrar en la vida de un atractivo y millonario hombre con el que llega a un acuerdo. Será completamente suya a cambio de que mantenga a su hermana con vida. Pero el acuerdo no es lo que Valerie creyó que sería, y pronto se v...