Capítulo 43

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Sábado, 10 de diciembre.


-Lo quiero justo aquí- digo mientras señalo el largo de mi lado izquierdo justo detrás del pecho.

-Igual es un poco grande- me enseña el modelo sobre el papel.

-No, así está perfecto- me convence la imagen completamente.

-Pues quítate la camiseta y túmbate de lado en la camilla- le hago caso. -Esto va a llevarnos un rato- desinfecta mi piel después de preparar la máquina.

-No tengo prisa- el chico se ríe.

-He de decirte que eres valiente, cualquier chica no se tatuaría esto-.

-Tiene su sentido, así que tengo que hacerlo-.

-Empecemos- la máquina empieza a funcionar. La aguja penetra una y otra vez sobre mi piel mientras el chico respira concentrado perfilando la imagen. -Dime. ¿Eres de por aquí?-.

-No, soy de california, pero estudio aquí-.

-O sea que has cambiado de continente-.

-Sí, era algo que tenía pensado desde pequeña así que no me ha costado demasiado trabajo-.

-Se te ve una chica con las ideas muy claras-.

-A veces demasiado créeme. Aunque también tengo mis cosas-.

-Como todos supongo-.

-¿Cómo va?-.

-Acabo de empezar. Las ideas las tienes claras, pero la paciencia te falta- me río intentando no moverme mucho.

-Perdón-.

-No pasa nada-.

-Y tú, ¿eres de aquí?-.

-Sí. Bueno de Gales, pero llevo aquí desde los cuatro años y tengo casi veintitrés así que...-.

-¡Anda como mi...!- digo emocionada, pero paro al darme cuenta de que lo que voy a decir no es cierto.

-¿Tu qué?-.

-No. Nada, nada-.

-¿Tu novio?-.

-Sí, bueno no, porque ya no es mi novio-.

-Lo siento o me alegro. Uno no sabe que decir en estos casos -.

-No te preocupes-.

Charlamos mientras mi tatuaje va tomando forma.

-Pues ya está-.

-A ver- me levanto con cuidado de la camilla. Me miro en un espejo para darme cuenta que el dibujo es precioso. -Gracias, me encanta-.

-De nada- se ríe. -En esto consiste mi profesión- me vuelvo a sentar en la camilla. Él me esparce una especie de ungüento con las yemas de los dedos por la imagen. -Te doy esta crema y te lo tapo. Haz esto durante una semana y ven a verme después para ver cómo va el tatuaje-.

-De acuerdo-.

-Acuérdate de preguntar por Hale-.

Vuelvo a casa andando. No es ni demasiado tarde ni demasiado temprano, pero al levantarme esta mañana he sentido que tenía que hacer esto mientras reflexionaba comiendo tostadas.

Me pongo los auriculares para escuchar algo de música en el móvil. Para mi sorpresa no hay ni rastro de mi carpeta de música, pulso el icono y la pantalla se pone en blanco, justo lo que me faltaba. Respiro hondo y no dejo que esto me amargue la mañana intentando buscar la solución. Al minuto caigo en que puedo ponerme la radio para pasar el rato, quizá no pongan la música que más me gusta, pero para volver a casa entretenida valdrá.

Caprichoso destino I: ¿Quién eres? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora