Capítulo 7

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Cuando Ash se va, las tripas me rujen así que me decido a subir a casa y comer algo para calmar el hambre. Antes de que pueda entrar en el ascensor para dirigirme a mi hogar Eric me propone ir al cine esta misma tarde con él y algunos amigos más. Eric es tres años mayor que yo, aunque no los aparenta. La verdad es que es un gran chico, amable y generoso además de que me ha ayudado a empezar a ser alguien en esta gran ciudad. Por ello acepto sin pensármelo, total no tengo una oferta mejor para hacer hoy.

Me tiro en el sofá a comerme una porción de tarrina de mi helado favorito, vainilla con cookies. Mientras, me entretengo un buen rato viendo la televisión. No hay nada interesante como tal, pero paso canal por canal a la vez que el tiempo corre y me sirve de entretenimiento mientras saboreo mi sabroso tentempié. Cuando comienzo a aburrirme voy en busca de mi iPod. Investigo todos los cajones sin explicarme el por qué no está allí, miro la mochila, recorro la habitación, pero nada no hay manera de encontrarlo. Me apoyo desesperada en el marco de la puerta del baño que está en el interior de mi habitación y me golpeo la cabeza al darme cuenta de lo que pasa, soy una completa estúpida. Esta mañana el chico del gorro me lo ha roto y lo tiene él.

Me quedo mirando al infinito por un momento. De repente el teléfono suena, corro hacia él y veo que es la alarma para hablar con mi familia a través del ordenador. Cojo el portátil, me conecto rápidamente a Skype y en menos de cinco minutos ya estoy hablando con mi madre. Es increíble como estando a miles de kilómetros de distancia pueda sentir que la tengo justo a mi lado durante estas conversaciones, la echo mucho de menos. Aunque estar alejada y tener mi propia independencia también me gusta, supongo que cada cosa tiene un precio y el mío es echar de menos a los míos mientras vivo mi sueño en primera persona.

Al rato de empezar la conversación se une mi padre, que según dice llega de una reunión. Aprovecho que están juntos para contarles todo lo que llevo vivido en Londres. Y, tras un "te veo cambiada" melancólico por parte de mi madre, comienzo a explicarles todo lo que me está pasando en relación a mis cambios.

Casi una hora después de mi conexión acabamos de contarnos todo lo que teníamos reservado para la sesión de hoy. Me entretengo unos minutos trasteando por internet y cuando miro el reloj doy un brinco de la silla y me pongo en pie.

-No me da tiempo- Me digo a mi misma en voz alta.

Tengo que arreglarme para ir al cine. Me he distraído demasiado. Cierro el portátil y corro a la ducha, abro el grifo con prisa y entro rápidamente.

-¡Mierda! ¡Está helada!- grito retirando el agua de mi piel.

Regulo el grifo y comienzo a enjabonarme con avidez. Lavarme el pelo me lleva algo más de tiempo por la cantidad y la longitud, pero hoy me apresuro más que cualquier otro día. Cuando termino de aclararme me enrollo el pelo en una toalla y el resto del cuerpo en otra para seguir adelante con lo que debo hacer.

Después de preparar la ropa que elijo para salir me siento un par de minutos a juguetear con el móvil y revisar las redes sociales mientras termino de secar mi cuerpo. A continuación voy a mi cuarto, me aplico abundante crema hidratante y comienzo a vestirme. Unos vaqueros en tono rosa pastel cubren mis piernas, a estos les acompaña una camiseta negra sin mangas algo holgada, calzo unas sandalias negras tipo romanas, maquillo un poco excesivamente mi rostro y dejo secar mi pelo al aire para llevarlo suelto y terminar perfumando mi cuerpo, voy algo simple, pero adecuada para la ocasión.

Cojo una chaqueta antes de bajar corriendo las escaleras colocándome el bolso y me dirijo rápida al punto de encuentro.

-¡Alice! Por fin, te estábamos esperando- dice Daniel antes de saludarme con un choque de puños ya característico en él.

Saludo al resto del grupo e inmediatamente salimos andando para el cine, la sesión para la que hemos reservado las entradas comienza en una hora y no queremos llegar tarde aunque por mi parte no lo parezca.

-Déjame decirte que estás preciosa Alice- él habla discretamente cuando me alcanza por la espalda y se incorpora a la conversación que mantenemos algunas de las chicas.

-Gracias Eric- que chico tan majo. Con sus comentarios halagadores hace que mi autoestima suba un poco más.

Compramos palomitas y refrescos antes de entrar a ver Divergente en la sala ocho. Ya sé que va a pasar puesto que he leído el libro escrito por la creadora de la historia, pero supongo que estará bien verla adaptada al cine.

A la hora de sentarnos yo me sitúo entre Eric y Ash, son las personas a las que más conozco dentro del grupo y a su vez las que más rápido me han acogido.

-Has visto que bueno está el protagonista- susurra Ash con su espontaneidad de siempre.

-¡Shhh! Vamos a molestar a los demás- la riño. Ella se resigna y se cruza de brazos sobre su asiento resultándome adorable y haciendo que me ría en el silencio de la sala.

La película acaba satisfactoriamente para mí. Proponen dar un paseo por el centro antes de volver a casa. Así lo hacemos hasta que al ver que se ha hecho tarde cada uno coge un camino y se marcha.

Caprichoso destino I: ¿Quién eres? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora