Capítulo 32

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Domingo, 31 de agosto.


Cierro la maleta. Ya tengo todo listo. En unas horas viajaré a España junto a una de las bandas más conocidas en el mundo. Cojo todo lo que voy a llevarme y antes de salir me paro a pensar en si me olvido algo, soy de esa clase de personas que siempre me dejo algo que necesito en casa cuando voy de viaje. Salgo convencida de que no me falta nada, cojo el ascensor para llegar hasta el portal. Cuando llego, ahí está Eric, en su sitio con su ropa de siempre. Tiene que ser aburrido trabajar en su profesión, trabaja demasiadas horas.

-¡Hey Alice!-.

-Hola- saco la maleta torpemente del ascensor.

-¿Dónde vas?-.

-A España con Louis-.

-¡Qué guay! ¿Y vas a poder con toda la presión? -.

-¿Qué presión? -.

-Ya sabes fans, paparazzi...-.

-Creo que podré soportarlo- una sonrisa falsa se hace hueco en mi rostro. A veces Eric se pasa de listo y hace comentarios que no me hacen ni pizca de gracia, pero no va a amargarme el viaje aunque quiera.

-Pues pásalo bien. Ya me contarás como ha ido a la vuelta-.

-Gracias- cojo la maleta y la hago rodar para salir de aquí.

Cojo un autobús que me lleva hasta el barrio en el que vive Louis. Cuando bajo del vehículo cojo mi equipaje del maletero y ando hacia su casa. Una chica castaña que me resulta familiar se me queda mirando. Yo paso de largo, pero me doy cuenta que un rato después sigue observándome. Me giro al notar sus ojos clavados en mí para ver si se corta un poco y mira para otro lado, pero en vez de eso se levanta las gafas de sol y se ríe. ¿Quién será? ¿A qué vendrá esta reacción?

Llamo al timbre. Louis me abre entusiasmado.

-¡Alice ya estás aquí!- cambia su cara al verme. Le saludo agitando la mano, me besa haciendo que deje de sujetar la maleta y esta caiga al suelo. Él entra en casa y yo me quedo en la puerta sonriendo como una idiota -¿No piensas entrar?-.

-Sí. Voy, voy- me agacho para recoger la maleta y entro cerrando la puerta a mis espaldas.

Veo que Louis tiene una maleta enorme abierta de par en par sobre la mesa del salón y que va de aquí para allá metiendo ropa y cosas similares en ella. Cuando termina, la cierra y la pone junto a la mía en el recibidor.

-¿Solo te llevas eso para toda la gira?-.

-Sí. El resto es la ropa para los conciertos y de eso se encargan las estilistas-.

-¡Ah!-.

-Te queda mucho por aprender muñeca- pone voz seductora como si quisiera imitar a uno de esos galanes de las películas. Viene hasta mí y me pasa un dedo por la barbilla.

-¡Eres idiota!- le doy un suave puñetazo en el hombro.

-Me ducho, me visto y nos vamos- dice subiendo la escalera con rapidez.

Yo me tomo la libertad de sentarme en uno de los sillones a ojear el móvil. Levanto la mirada y veo un álbum de fotos sobre la mesa. Indiscretamente lo cojo y lo abro. Se puede ver que tiene algo de tiempo. Al observar la primera foto me doy cuenta de que es un álbum familiar con imágenes de cuando Louis era pequeño. Paso las páginas, me quedo parada en una en la que es un bebé sonriente tumbado boca abajo dándose un baño, es realmente tierno y adorable. Exactamente como es ahora. Justo en ese momento oigo bajar a Louis por la escalera, cierro el álbum rápido, no quiero que se moleste. Me doy media vuelta , lo veo mojado, descalzo, sin camiseta y con los pantalones aún sin abrochar.

Caprichoso destino I: ¿Quién eres? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora