Capítulo 12

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Giro mi cabeza, veo su pelo moreno alborotado y sus ojos aún cerrados. Respira tranquilo, las voces de William no han conseguido despertarlo.

-Eric despierta- susurro en su oído. Me tiene abrazada fuertemente, sus brazos algo musculados no me dejan moverme de hombros para abajo y eso me pone nerviosa. -¡Eric Despierta!- alzo la voz al ver que los susurros no funcionan.

-Alice- dice sonriendo al abrir los ojos de un golpe seco. -Buenos días a ti también- pronuncia irónico.

-¿Se puede saber qué haces?- quita sus manos de encima de mi cuerpo. Él se sienta a modo de indio para apartarse y dejar algo de espacio entre nosotros, después yo imito sus movimientos.

-Verás Alice ...- sus ojos verde oliva me miran tiernamente mientras su eterna sonrisa dibujada en su rostro vuelve a aparecer. -Ayer no podía dormir, el fuego se apagó con el viento y empezó a hacer frío. Vi que tiritabas así que te abracé para darte calor- es una buena excusa, aunque algo mediocre.

-¿Pero tu estás tonto o qué te pasa?- no se de que parte de mi cerebro ha salido eso.

-Lo siento si no te ha gustado- baja la mirada.

-Yo no he dicho eso- es la verdad, pensaba que se trataba de algo más grave. Y de todos modos que te cuiden un poco nunca está de más.

Me levanto dejando a mi amigo solo y voy a dar un paseo mañanero por la orilla de la playa en compañía de Ash y Chelsea que son quienes han propuesto el plan.

-¿Qué ha pasado esta noche Alice? He visto que Eric y tú habéis dormido juntos- Chelsea me mira intrigada haciéndome ver que quiere saber todo lo ocurrido.

-Nada. Yo estaba pasando frío y él me abrazó para darme calor-.

- Es estúpido, de verdad. Prefiere hacer ese tipo de tonterías en vez de decirte directamente que le gustas- Ash y yo nos quedamos mirando a Chelsea boquiabiertas. Que ingenua he sido, claro de ahí toda esa amabilidad, los comentarios halagadores...

-¿De verdad que a Eric le gusta Alice?- pregunta de nuevo Ash para confirmar lo que ambas hemos oído.

-Sí. El otro día se lo dijo a Troy, y como tenemos confianza, él me lo dijo a mí. Pero en todo caso se le nota a la legua que quiere algo contigo- cada día soy menos avispada para estas cosas.

-¿Estás bien Alice?- Ash me mira, he perdido el color natural de mi piel.

-Sí- digo aún boquiabierta intentando digerir sus palabras antes de recuperar el paso y seguir nuestro camino.

Cuando volvemos a reunirnos con el grupo soy incapaz de mirar a Eric directamente a la cara.

-¿Le enseñamos la ciudad a Alice?- Ash toma la iniciativa frente al grupo. Todos acceden a su propuesta. Recogemos las bolsas y lo que tenemos desperdigado a nuestro alrededor para a continuación dirigirnos hacia el centro de la ciudad.

A medida que vamos avanzando Cardiff me parece un lugar bastante bonito, único. No había tenido la oportunidad de visitarlo nunca antes y la verdad es que me ha resultado encantador.

Paramos en una terraza a tomar un batido. Yo me decanto por uno de oreo y chocolate blanco, está realmente delicioso.

Llevo evitando todo este tiempo el contacto directo con Eric aunque eso no impide que disfrutemos de una agradable charla en círculo mientras bebemos para después emprender de nuevo nuestro camino entre risas como es normal en los grupos de amigos.

Después de comer es evidente el cansancio que desprenden nuestros pasos. Decidimos acercarnos a los acantilados. Al llegar soy testigo de unas vistas estupendas, nos sentamos en el mirador y echamos una partida de cartas detrás de la anterior. Con lo mal que se me dan a mi ese tipo de juegos me sorprendo de que haya ganado un par de rondas.

Nos acercamos hasta una de las playas más concurridas del lugar. Hay mucha gente paseando, tumbada en la arena y niños correteando de aquí para allá. Nos sentamos lejos de la orilla donde conseguimos encontrar un sitio amplio en el que cabemos los diez perfectamente.

Cuando todos estamos de nuevo en traje de baño John propone jugar un partido de volleyball en la pista que tenemos detrás. Será un duelo de chicos contra chicas y quien pierda invita al otro grupo cenar antes de que volvamos a Londres.

Llevamos un buen rato jugando, el partido está interesante seis puntos para las chicas y los mismos para los chicos, empate. Quien marque primero un tanto gana.

Sacan los chicos y después de unos cuantos golpes Charlie se levanta sobre la red para hacer el punto que nos define como ganadoras, las chicas hemos derrotado a los machitos duros.

-¿Habéis pensado ya dónde vamos a ir a cenar?- Debby interviene abriendo un debate grupal.

- Al restaurante español por favor- suplica Ash.

-¿Al "Tío Pepe"?- Eric habla esta vez.

-Sí- contesta ella.

-Está bien- dicen los chicos a coro.

-¿Un último baño antes de irnos?- pronuncio para animar un poco las caras decaídas por tener que poner punto final a esta aventura del grupo. Las diez miradas se juntan y a su vez el mismo número de sonrisas cómplices antes de salir corriendo hacia el agua salada.

Después del último baño, nos lavamos  en las típicas duchas que hay antes de salir de la playa para quitarse la arena. Me cambio el bikini como puedo tapándome con la toalla, dejo secar mi pelo al aire húmedo típico de las zonas de costa y cuando mi piel me lo permite me enfundo en mis vaqueros cortos de tiro alto que conjunto con una camiseta estampada a rayas y unas cómodas zapatillas.

Entramos al restaurante al que Ash ha pedido venir una y otra vez hasta que ha conseguido su cometido. Ya he comido antes en alguna taberna española fuera de su país de origen, pero ninguna tenía el aspecto de esta. En la entrada encuentras una bandera de España, en una de las paredes fotos de toreros conocidos, y debajo de estas un capote firmado bajo unas banderillas cruzadas. También hay alguna que otra foto de la selección española de fútbol y de un equipo que a mi me fascina, el Real Madrid, es uno de los grandes. A mi padre como buen amante de este deporte le gusta sentarse a disfrutar del juego de este equipo y en ocasiones yo le he acompañado acabando incluso por gustarme demasiado.

No hay ni un solo centímetro en el local que no esté ambientado en España. Nos sentamos en una mesa, en seguida vienen a tomarnos nota. Pedimos sangría como bebida. Para comer raciones de tortilla, croquetas, pescado frito y paella. Y como postre arroz con leche y canela. Todo está delicioso.

Llega la hora de ir a la estación de autobuses más rápido de lo que me gustaría. Hemos pasado dos días geniales, pero ahora es el momento volver a Londres. Vamos hasta allí  andando y poco después de comprar los billetes llega nuestro autobús.


Lunes, 14 de julio.


La vuelta a casa se me hace más corta que la ida y cuando me quiero dar cuenta ya hemos llegado a nuestro destino.

Me despido del grupo al salir de la estación. Comienzo a andar hacia mi edificio. Cuando empieza a amanecer entro en el portal, subo a casa y admiro como sale el sol desde el ventanal a causa del insomnio. Bostezo, estoy cansada, más vale que me duerma si quiero hacer algo de provecho durante el día. Me dirijo a mi habitación a ponerme el pijama cuando veo que en el suelo hay un papel doblado. Me agacho a recogerlo y en el primer vistazo puedo ver la perfecta caligrafía color amarillo limón en una de las servilletas de aquella taberna.

"Espero que te haya gustado la música. Si algún día quieres que demos otro paseo como el de hoy llámame.

020907456781

Att: Louis Tomlinson "

Caprichoso destino I: ¿Quién eres? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora