Capítulo 58

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Miércoles, 4 de enero.


Han pasado tres días eternos. Se supone que ya debería haber vuelto a la universidad, pero tenía pensado saltarme las clases hasta que se acabaran las vacaciones de Louis. Y eso estoy haciendo. No estoy pasando los días sin clase como querría, y tampoco se parecen en nada a lo que tenía planeado. ¿Quién podría imaginarse que pasaría por esta situación? Exacto. Nadie.

Mi día comienza como lo han hecho estos tres últimos: Louis se queda durmiendo en casa mientras yo me levanto sin hacer demasiado ruido. Preparo café caliente y saco el tarro de galletas sobre la barra americana que separa la cocina del salón. Desayuno tranquila con Ash frente al ventanal, con el informativo matinal como banda sonora antes de salir hacia el hospital y que mi amiga ponga rumbo hacia su trabajo.

Entro por el ala de urgencias hasta la unidad de cuidados intensivos y espero a que sean las nueve en punto. Son muy estrictos con los horarios. "Solo se puede visitar al paciente de nueve a doce y de cuatro a siete" Yo cumplo los tiempos, no quiero tener problemas.

Cuando las agujas de mi reloj marcan la hora exacta, paso a ver a mi amigo.

Cada día le hablo, le cuento lo que va sucediendo en mi vida, cuanto lo echo de menos...

Una vez que el médico viene a examinar su estado, me acomodo en el sillón que hay junto a Albert y le leo el libro que me regaló.

Cuando llegan las doce me despido de él. Una caricia y un beso en la mejilla como de costumbre antes de salir del box. Después vuelvo a casa a comer junto a Louis.

-Alice hoy en vez de ir a ver a Albert por la tarde, he pensado que podríamos ir a alguna parte juntos- dice justo después de probar la primera cucharada de sopa.

-Iremos, pero a partir de las siete-.

-Pero luego estás agotada. Yo quiero pasar la tarde contigo, con mi novia-.

-Louis. Él me necesita- quiero pasar tiempo con mi novio, pero Albert... No tiene a nadie y no quiero dejarlo solo.

-Siempre la misma historia- le oigo refunfuñar mientras toma un trago de agua.

-No te enfades anda- acaricio su barbilla y le beso probando de su boca la comida que aún no he tocado de mi plato. -Yo solo te quiero a ti-.

-Pues no lo parece- me devuelve el beso, ahora más suave.

-No seas así-.

Louis me ayuda a recoger para después tumbarnos en el sillón acurrucados a ver un capítulo de Orphan Black antes de que llegue la hora de irme.

Mientras, Ash ha venido a cambiarse para salir con Hale, hoy es su último día en la ciudad, mañana cogerá un avión con dirección a Viena para asistir a una convención de tatuadores que durará unos días.

Son las tres y media. Louis me ha acercado al hospital para que pueda ver a Albert. Durante el tiempo que yo pase en el box con mi amigo, él visitará a su familia.

Me paso por la máquina del pasillo a por un cappuccino con doble de azúcar. Me lo tomo dando un paseo, mirando los escaparates de las tiendas que hay en la planta baja. No me molesto en entrar. No necesito nada. Todo son floristerías, chocolaterías y tiendas de ropa y cosas de bebes. Bueno, sí hay una que me interesa, la librería del fondo del pasillo.

Mientras ando me cruzo con una familia, concluyo por mi propia cuenta que acaban de sumar un nuevo miembro. Una señora algo mayor va empujando un carrito azul marino, a su lado una niña morena con un par de coletas la mar de graciosas va de la mano de su padre y su madre, que a su vez en la otra mano lleva un ramo de orquídeas blancas y un chupete colgado de una cinta azul que ata las flores. Y pensar que en unos meses mi amiga paseará de una manera algo similar con Noelle...

Caprichoso destino I: ¿Quién eres? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora