Capítulo 62

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Jueves, 12 de enero.


Ha llegado el día de su partida. Hoy los chicos viajan al continente americano para continuar el tour mundial en el que se embarcaron hace unos meses.

Tras una noche de sexo, locura y pasión desenfrenada con las paredes de mi habitación como testigo, ayer nos despertamos temprano para ir camino de la casa de Louis en su coche con el objetivo de preparar el equipaje personal que necesita para la gira.

Él se ocupó de la maleta y yo de su mochila de viaje, es decir, donde lleva los aparatos electrónicos, algún libro... Puse todo sobre la cama y me dispuse a colocarlo, pero antes de hacerlo se me ocurrió una idea al coger su Tablet. Rebusqué en su mesilla, en el primer cajón tal y como me lo esperaba estaban los posits con los que él escribe las cosas que no debe olvidar para ir pegándolos después por toda la casa. Escribo una letra en cada uno de los papelitos amarillos con boli azul para después pegarlos en orden en la parte de la funda del IPad con la que se protege la pantalla hasta formar la frase: "Nunca olvides que te quiero". Y para finalizar un corazón. Espero que cuando quiera entretenerse en el avión, saque el aparato y pueda verlo.

Luego fuimos a recoger a Ash del hospital, comimos fuera para que la diera un poco el aire y pudiera salir un poco de la atmósfera de estrés en la que está sumergida con el pequeño Ethan. Después nos pasamos por un par de tiendas para comprar algunas cosas para decorar la zona de la sala de neonatología que ocupa el pequeño. Allí cada niño tiene su nombre en la cuna o incubadora, tienen muñequitos que los acompañan... Y Ethan no va a ser menos. Su madre elige un osito de madera que entre las manos lleva un pergamino para poner el nombre del pequeño y un sonajero hecho de lana suave. Por mi parte y la de Louis cogemos un bodi con un chupete azul bordado en la zona izquierda del pecho para que puedan ponérselo en el hospital además de un peluche con forma de jirafa.

Más tarde volvimos a llevar a mi amiga al hospital, no quiere dejar a su pequeño solo, únicamente lo hace para ir a casa a ducharse y descansar. Es una madre excepcional.

Antes del atardecer fuimos hasta la tienda de música que me enseñó Louis para tomar un café, echar una ojeada a los discos y escuchar a los nuevos autores que graban sus canciones.

Para finalizar el día volvimos a casa, pedimos comida tailandesa para cenar y nos pusimos una película en el salón, la cual vimos acurrucados en el sillón.

Conduzco camino del aeropuerto, a partir de hoy yo voy a ser quien conduzca el mini hasta que Louis vuelva a la ciudad, me ha dado las llaves y me ha incluido en el seguro del coche porque necesito moverme mucho en carretera ahora y es bastante más rápido viajar en transporte privado que tener que regirse por los horarios de los autobuses. Apoya su mano en mi muslo, yo me estremezco. ¿Voy a poder aguantar tanto tiempo sin su tacto en mi piel? La verdad, creo que no, pero no tengo otra opción.

Aparcamos en la zona privada del aeropuerto, bajamos del coche y a partir de ahí estamos bajo los cuidados de un guardaespaldas. Solemos ir escoltados más de una vez, pero ya he llegado a un punto en el que se me olvida que esa persona está ahí.

Nos reunimos con el grupo y todo el equipo en la sala VIP. El equipo que incluye a los músicos, peluquería, maquillaje, estilismo y demás saldrá antes que los chicos hacia su destino y eso hace que me quede yo a solas con el grupo en la sala.

Estamos tomando algo cuando un agente entra para informarles que el vuelo está listo para salir hacia su próximo destino. Sin esperármelo, un vacío se abre hueco en mi interior, se va. Nuestros problemas en la relación empezaron cuando él se fue la vez anterior y creo que tengo miedo a que vuelva a pasar lo mismo.

Caprichoso destino I: ¿Quién eres? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora