Capítulo 10

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Viernes, 11 de julio.


Me levanto de la cama con el sonido del timbre. Restriego un poco los párpados de mis ojos para intentar despejarme y voy a abrir.

Tengo unas pintas horribles. Pijama de verano, uno de esos con los que se te ve todo, y coleta alta algo desecha además de la cara de recién despierta.

-Buenos días- habla un hombre con uniforme de cartero al otro lado de la puerta.

-Buenos días- digo con la voz algo ronca.

-Traigo un paquete que viene desde Estados Unidos para Alice Green Olsen-.

-Sí, soy yo- el cartero me da el paquete y hace que firme una especie de albarán.

Cierro la puerta, bostezo, aún tengo sueño. Miro el reloj, las nueve y media, es muy pronto. Dejo el paquete sobre la barra americana que separa la cocina del salón y cojo algo de la nevera para desayunar.

Me dispongo a abrir el paquete, corto la cinta de embalar de la caja con unas tijeras y separo las solapas. Al mirar su contenido es como una vuelta a casa, dentro hay algunos de mis libros favoritos, un álbum con fotos familiares y algunas de las cosas que había dejado en Estados Unidos.

Echo un vistazo a cada uno de los objetos, busco un sitio para ellos y los coloco donde me parece adecuado.

Me siento un momento a ver la tele. Hoy no tengo pensado hacer nada especial así que voy a invertir el día en mí misma.

Entre mis pensamientos recuerdo que tengo un Ipod nuevo que estrenar. Sin darme tiempo a pensarlo un poco más corro hasta la habitación a por ello, lo saco rápidamente de la caja y enciendo el aparato. No puede ser, el chico del gorro ha puesto una foto suya como fondo de pantalla. ¡Pero que chico tan egocéntrico! Aunque, a decir verdad, me gusta, no tiene nada de malo llevar a un chico guapo como salva pantallas.

Miro la lista de reproducción y doy al botón que hace que las canciones se escuchen de forma aleatoria. No puedo creer lo que estoy oyendo cuando la melodía comienza a sonar rompiendo el silencio, es uno de los últimos singles de uno de mis ídolos musicales. No entiendo como lo ha hecho, pero ha acertado. Este chico debe de ser algún tipo de brujo o algo parecido.

Paso media mañana escuchando música. Él ha formado una lista de reproducción con canciones de mis artistas favoritos. Pero hay un grupo que no conozco, se hacen llamar One Direction, sus canciones son increíbles. Las letras profundas y las melodías pegadizas me han cautivado. Sobre todo hay una de entre todas que me llama demasiado la atención, Little Things, el chico que se la dedique a cualquier chica la tendrá a sus pies.

Pido una pizza cuatro quesos para comer mientras veo uno de esos realitys que echan por la tele cada día en los que la gente que está dentro no puede ser más ignorante, pero que en el fondo tienen gracia.

Llaman de nuevo a la puerta, me acerco rápidamente a abrir, supongo que será mi comida. Pero me doy cuenta que no es así al ver quien está detrás de ella.

-¡Hola!-

-¡Hola! No te esperaba, pasa si quieres- le ofrezco amistosa.

-Sí. Gracias-.

-¿Qué pasa?-.

-Nada-.

-¿Entonces que haces aquí?-.

-Mm...- se queda pensativo. -¿Quieres venirte a la playa conmigo y con los demás este fin de semana?-.

-Claro. Seguro que lo pasamos genial. Pero, ¿dónde vamos?, ¿cómo?, ¿cuándo?-.

Caprichoso destino I: ¿Quién eres? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora