Capítulo 31

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Sábado, 30 de agosto.


Me despierto con su olor impregnado en la piel. Después de pasar toda la tarde aquí Louis aceptó mi petición de quedarse a dormir conmigo. Y aunque esta mañana ha tenido que irse pronto para hacer cosas con el grupo me encanta que hayamos pasado la noche juntos.

Me levanto. Voy hacia el salón mientras me estiro admirando la hermosa Londres desde el ventanal antes de ir a desayunar. Me preparo un café suave, dos dedos de café y el resto de la taza de leche, lo complemento con un par de galletas y me lo tomo tranquilamente mientras ojeo el móvil.

Hoy me apetece salir sola y como hasta por la tarde Louis no viene tengo tiempo para mí. Me dirijo al armario. Me cuesta un poco decidir que ponerme. Al final opto por una camiseta de manga corta y un colorido estampado floral que meto por debajo de una falda azul marino con algo de vuelo que subo hasta mi cintura. Revuelvo todo el zapatero hasta encontrar unas zapatillas blancas clásicas, son simples, pero lo más importante es que son cómodas. Me las pongo atando los cordones por dentro y ya solo me falta peinarme. Voy al baño, me gustaría hacerme algún recogido, pienso en una trenza de espiga y comienzo a hacérmela. Recojo el pelo hacia un lado, lo divido en dos partes iguales y comienzo a pasar mechones hasta que tengo una trenza de espiga larga y definida. Me echo un poco de lápiz de ojos sin exagerar y estoy lista.

Llego hasta Candem Town en metro, nunca antes había estado aquí. Es un sitio realmente alucinante, las fachadas de los edificios están cada una más elaborada que la anterior y eso lo hace un sitio especial a la vez de atractivo y llamativo para los turistas o simplemente para los que residimos aquí.

Paseo mirando escaparates y entrando en alguna que otra tienda. Me paro a las puertas de una pastelería y admiro todo lo que luce delicioso tras una lámina de cristal. Galletas decoradas, pasteles de crema, caramelos caseros, cupcakes y una gran variedad de dulces llamativos y coloridos. Al ver todo ese festín azucarado me rugen las tripas avisando de que tengo hambre así que decido entrar en busca de algún delicioso dulce.

Me pongo a la fila que hay delante de la vitrina mientras observo el mostrador intentando decidirme por algo. Cuando llega mi turno pido una bolsa de toffees caseros y un cupcake de vainilla y galleta. Pago ambas cosas y salgo de la tienda. Me tomo el bollito apoyada al lado de la puerta de la pastelería.

-¿Alice? ¿Alice Green?-.

-Sí. ¿Quién eres?-.

-¿No te acuerdas de mí?-.

-La verdad es que no- arrugo el papel que cubría el pastel y lo arrojo encestándolo en una papelera cercana.

-Soy Thom, Thomas Nicholson, tu compañero de pupitre hasta segundo curso-.

-¡Thomas!- elevado el tono de mi voz abrazándole. -¡Como has cambiado!-.

-No soy el único- ambos reímos.

-¿Qué haces aquí?-.

-Me vine a vivir aquí con mi familia al acabar segundo curso-.

-No me dijiste nada, y eso que era tu mejor amiga-.

-Ya. No hablé del tema porque ni yo mismo lo sabía. Llegué a casa el último día de clase y ya estaban las maletas hechas. "Vamos a empezar una nueva vida" aún recuerdo como me lo dijo mi madre. Esa misma tarde cogimos el avión y al llegar a Londres mi padrastro convenció a mi madre para meterme en un internado a las afueras de la ciudad. Una semana después estaba incomunicado en un centro escolar y después de acabar mis estudios allí decidí continuar en la ciudad con la universidad. ¿Y tú? ¿Qué haces aquí?-.

Caprichoso destino I: ¿Quién eres? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora