Tras el incentivo de la catedral, muchas parejas dieron a luz a un mínimo de dos hijos y un máximo de cinco. Les motivaba creer que un solo hijo nacido con el estigma les garantizaba una suma enorme de dinero por permitirle asistir a la catedral. Así como una fuente de ingresos mínima de diez años.
Si su hijo era elegido como héroe, esa familia podría ascender incluso hasta la nobleza.
Cuando la población de niños con estigma se redujo a menos de diez, la cantidad de dinero que la catedral pagó para que los padres aceptaran que sus hijos vivieran en la catedral se triplicó. El dinero que recibían mensualmente también se duplicó.
Lo único que supe de mis padres es que fui el único hijo que tuvieron. Ellos no visitaron una sola vez la catedral, ni siquiera sabía sus nombres, su apariencia y mucho menos dónde vivían.
La dirección estaba escrita en el sobre de la carta dirigida hacia ellos.
Se llamaban Philomena y Carlos, la familia Ócel. Vivían en una gran casa de dos pisos, en la zona Oración. Solo gente de alto estatus residía en esa área.
Me dirigí hacia la puerta, no sabía cómo iban a reaccionar, ni qué decirles.
¿Tal vez estaba bien solo darles la carta y que ellos entendieran quién era?
Nadie atendió la puerta. Toqué varias veces, siempre con la vista al frente, sin que mi mente pudiera procesar todo lo que me había sucedido. Pasaron varios minutos, esperé tanto como pude. Hasta que bajé la mirada y vi la carta. Una gota cayó en el nombre de mis padres.
No eran gotas de lluvia, eran mis lágrimas.
Cuando ellos llegaron, encontraron la carta frente a la puerta.
—¡Mi vida! —llamó Philomena—. ¡Es de la catedral!
—¡Las buenas nuevas!
Carlos entró con su esposa y fueron a la sala, los gritos vinieron después de leer la carta.
—¡Falló! ¡El inútil falló! ¡Dejarán de enviarnos dinero!
—¡Aquí dice que traerán al chico mañana! —gritó Philomena.
—¡Maldita sea!
—¡Ni tú ni yo tenemos trabajo! ¿Q-qué hacemos con todo lo que le debemos al señor Perdigón? ¡Para colmo, tendremos que mantener a otra boca más!
—¡Vacaciones, amor mío! ¡Vacaciones permanentes lejos de Ledes! Alista lo que puedas, mis trajes tienen prioridad. ¡Llamaré a un carruaje!
—¡Por la Dama! ¡Entonces llevaré todos mis vestidos también!
No los vi, estaba sobre el techo, con la vista hacia el cielo nublado. Escuché cuando llegó el carruaje y cuando se marchaban entre gritos.
Me quedé hasta el anochecer, cuando los vientos fríos del mar empujaban la tormenta hacia la ciudad. No tenía idea de a dónde ir, elegí una dirección al azar y no dejé de saltar entre los techos hasta que llegué al límite de la ciudad y no tenía otra opción más que bajar al camino.
Algunas huellas de carruajes estaban frescas, podrían no ser la de ellos, pero por algún motivo me dirigí hacia el bosque. Me refugié de la llovizna en la copa de un árbol, esa noche cerré los ojos, pero nunca pude dormir.
♦♦♦♦♦♦♦♦♦
Cuando salí del bosque, me encontré con un pequeño pueblo. Había más posadas y tiendas que viviendas, era un punto de visita y alojamiento para aventureros. Decenas de ellos andaban por la calle.
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¿Mi deseo? ¡Ser el protagonista de este mundo!
FantasyEn la interminable lucha contra la mayor amenaza mundial, el próximo héroe debe ser aún más poderoso que el anterior. De lo contrario, Ulos y toda la vida que lo habita... morirá. Dos niños fueron entrenados desde temprana edad para ganarse el derec...