IV

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Tanto los dos diamantes en Cuerpo de Latón, como los tres jades en Espejo de Jade, se añadieron años después. Cuando Marcossius realizó grandes hazañas en el batallón y se ganó la confianza de todo Caduceus.

Con su gran influencia pudo conseguir aquellas gemas. Marcossius en persona les pidió a los mejores hechiceros de ese entonces crear un hechizo para cada una, después le encargó al enano herrero añadirlas a su armadura y espada.

Después de las pruebas, se hizo muy famoso el hechizo más poderoso de los cinco. Conocido como "El Quinto", su nombre real era "Así en Ulos como en el Abismo".

Su efecto era desviar grandes cantidades de maná del cuerpo del héroe, las reliquias y las gemas, para concentrarlo en Espejo de Jade y lanzarlo como un poderoso rayo de luz. Tanta cantidad de maná, purificada al 100 % por la Sincronía Perfecta, haría que ese rayo eliminara cualquier cantidad de hasta el Miasma más poderoso.

Por ese hechizo es que se pensó que Marcossius podía invocar el Rayo Celestial.

Los hechizos de luz servían para poco más que iluminar y cegar a los rivales. Aunque algunos podían crear luz capaz de quemar, era a muy corta distancia. Prácticamente a melé. Hasta Así en Ulos como en el Abismo, solo era efectivo con el Miasma a no más de veinte metros. Contra otros oponentes no era tan diferente de un ataque, aunque muy poderoso, de fuego cegador.

Luego de haber lanzado Así en Ulos como en el Abismo, también usé Retorno del Vacío, un arte ofensivo del Guerrero Puro que generaba un poderoso corte. Era obvio que el hechizo fue mucho más poderoso, pero no podía decir que Retorno del Vacío no hubiera logrado cortar el Núcleo en el caso de que usara la misma cantidad de maná.

¿El legendario hechizo que acabaría con La Oscuridad era más bien bastante simple?

Sentí que lo más importante fueron mis elevadas estadísticas y nivel extra, así como el poseer cierta habilidad pasiva de un Guerrero Puro.

"Imparable", esta habilidad se activaba automáticamente cuando mis reservas de maná fueran muy bajas. Al activarse, me permitía usar un arte ofensiva, una defensiva y una de refuerzo, sin gastar maná. Como efecto extra, las artes ofensivas duplicaban su daño.

Aunque solo podía usarse una vez por día, era una de las habilidades más fuertes que existían. Si un Guerrero Puro la usaba, la victoria estaba prácticamente asegurada.

El Quinto consumía demasiado maná, eso activaba Imparable y así, al lanzarse, su daño se duplicaba. Era una estrategia muy bien pensada, y a la vez, muy temeraria.

Marcossius decía cansarse después de usarla, podría seguir luchando por un tiempo, pero solo contra el Miasma más común.

En mi caso, no me sentía verdaderamente cansado. Pude pelear contra la oscuridad sobrante de las islas sin problemas. No lo hice porque Murasashi dijo que se encargaría.

Si derrotar un Núcleo no me cansó significativamente, ¿yo era suficiente para vencer a El Soberano? Todavía tenía dudas sobre mi poder, el que el propio Ulos me dio, pero no había más tiempo para reflexionar.

El Cardenal estaba por terminar su largo discurso.

—Quinientos años después, la constante degradación del Miasma mediante los ataques que el batallón han realizado, permitió que el plan de ataque con el héroe funcionara. Hoy, las islas de nuestras compañeras, las kitsune, por fin son libres.

Los humanos, semi humanos, elfos, enanos y las kitsune, producían un pequeño rumor, un estado de ánimo común que estaba a punto de alcanzar su punto máximo. Reunidos en la proa de la Monarca de Plata, todos se levantaron de sus asientos.

¿Mi deseo? ¡Ser el protagonista de este mundo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora