¿Mi deseo? ¡Ser el protagonista de este mundo!

IV

Encontré a Ruina sobrevolando por la ciudad. Subí a las casas, notó mi presencia de inmediato. Se detuvo sobre una pequeña iglesia cercana a la playa.

—Me alegra verte de nuevo, Matik —dijo, amable—. ¿Cómo estuvo el viaje?

—Cómodo, más de lo que pensé. Gracias a ti, no me terminé los libros durante el trayecto.

Repentinamente, Ruina abrió los ojos, emocionada. Como si le ofreciera agua dulce a un náufrago.

—¡¿Ah?! ¿Libros? ¿Trajiste contigo? ¿Cuáles?

—Son volúmenes de una colección, los compré porque cinco eran recopilatorios de la época antes de La Oscuridad. Los quince que venían con ellos no los leo todavía, tienen varios autores. ¿No te molesta que te los preste sin que conozca sus...?

—¡Para nada! Hace mucho que no leía una novela de aventuras. ¿Podrías prestarme uno? ¡El que sea!

—N-no tengo problemas, pero ¿no trajiste ninguno?

—Pensaba traer un gran lote libros sobre matemática, historia, y otros más que pudiera interesarle a la gente y que yo también pudiera leer en mi tiempo libre. Haa. No me pasó por la mente... Ja, ja, ja. A las personas también podría interesarles novelas más recientes.

—¿Y qué pasó con esos libros?

—P-pues... Las reuniones con los líderes me quitaron el tiempo que aparté para anotar todos los libros que llevaría. No pude hacer el pedido a tiempo.

Ruina bajó la cabeza, desanimada. A la reuniones de los líderes tenía que asistir el héroe, no la doncella o el Cardenal. A Avraliz tuvo que parecerle aburrido y prefirió conocerlos en los enfrenamientos por el título del Campeón Mundial.

—Cuando termine de ordenar la habitación donde me quedo, iré a dártelos —dije—. ¿En qué parte de la ciudad se van a quedar?

—¿Ah? Recuerda que soy parte de la vanguardia del batallón, iré al Fuerte Enrise. Vendremos una vez al año.

Lo olvidé por completo.

—¡Je, je! Eso podría cambiar si vas con nosotros. ¿Por qué decidiste ser de la guarnición? Tú y tu compañera Kaira serían de ayuda para explorar, yo los protegería.

—No, ella no tiene que ponerse en peligro, por más mínima que sea la probabilidad.

Se lo debía a Auma, eso era lo único que tenía hacer aquí durante dos años. Después, estaría libre de cualquier compromiso y volvería a Caduceus.

—Ya veo... En ese caso, ¿qué tal si te visito?

—¿Hablas en serio?

—¡Podríamos leer juntos antes de irme!

—Pues... primero tengo que preguntarles a mis compañeros de dormitorio, no sé si les va a gustar la idea de dejar la luz encendida toda la noche.

Ruina abrió más los ojos, olvidó por completo que los de guarnición compartíamos la habitación entre cuatro personas. Entonces, por algún motivo que no entendí, los dos reímos. Tal vez porque nos sucedió lo mismo, o porque queríamos aliviar el pesar acumulado. Eso me dio el ánimo suficiente para hacer la pregunta.

—¿Qué piensas de lo que hizo Avraliz con esa kitsune?

—¿Hacer qué...?