En la interminable lucha contra la mayor amenaza mundial, el próximo héroe debe ser aún más poderoso que el anterior. De lo contrario, Ulos y toda la vida que lo habita... morirá.
Dos niños fueron entrenados desde temprana edad para ganarse el derec...
Habían pasado cinco días desde que llegamos al Fuerte Enrise. Desperté en la madrugada por sexta vez en la habitación más grande en la que alguna vez viví.
Lavar mi rostro, cepillarme y tomar un baño antes del amanecer, eran costumbres que toleraba solo porque ese era el ritmo de mi vida en la nueva realidad.
Al salir del baño, todavía cubierto por la toalla, alguien tocó la puerta. Abrí, Miriam estaba en el pasillo. Con los brazos cruzados debajo de sus pechos, los hacía ver todavía más grandes. Su pequeña blusa rosa ayudaba a que se salieran con más facilidad. Sus pantaloncillos también del mismo tono rosa se ajustaban a sus muslos.
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—Buenos días, héroe Matik.
—Buen día...
—Veo que no olvidó que hoy es nuestro primer viaje.
—Se nos hará tarde —corté—. Tú no...
—Oh, ya me he bañado. Me levanté a las cinco de la mañana y sequé mi cabello con un hechizo. ¿Será que mi jabón no tiene suficiente aroma?
Miriam levantó el mentón y se acercó un poco más. No hacía falta, noté el aroma a melocotón desde que abrí la puerta.
—No lo interrumpiré más, héroe Matik —dijo—, si me disculpa.
Hizo una peligrosa reverencia que reveló un tono distinto de rosa en sus pechos, dio la vuelta y caminó con pasos lentos, movía las caderas con un hipnotizante movimiento. Abrió la puerta de la habitación dos, la que debía ser la de la Doncella Lazuli. Antes de entrar, volteó a verme y sonrió.
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El batallón se reunió en las afueras del fuerte, los rayos del sol recién empezaban a tocar el desértico suelo de Norleas. Los cielos estaban nublados, hacía mucho frío.
Nuestra primera misión era despejar un cañón a poco más de un día del fuerte. Al otro lado del Río de Lágrimas. También conocido como "La Grieta", el cañón tenía más de cincuenta metros de profundidad. Durante siglos fue el punto de reunión de grandes cantidades de Miasma.
La Oscuridad no intentaba escapar del fondo, se reunía con la intención de crear un Núcleo.
El plan de los héroes anteriores era esperar a la creación de ese núcleo para probar con mayor seguridad si El Quinto era igual que el Rayo Celestial. Además, como el Miasma se debilitaba luego de que su Núcleo fuera destruido, esperar a su formación era lo más seguro para el resto de tropas.
El batallón se dividió en dos grupos: El grupo Ensueño estaba conformado por Índigo, Vinlef, Miriam y el Héroe de Platino; el grupo Lucido tenía a el Cardenal, Ruina, Murasashi y Xilos.
