Capítulo 12 "Las noches"

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Las nubes parcheaban el cielo como una sábana agujerada, el sol se mostraba en ocasiones. Sus rayos a la distancia eran la representación más cercana del relato que contaba Marcossius cuando vio al Rayo Celestial caer. Ahora, su luz iluminaba un paisaje desértico y agrietado.

El panorama en el interior de La Grieta era asombroso. Los Bahamuth estaban juntos, recostados boca abajo. Los rodeaba magma enfriado convertido en piedra negra que brotaba de sus heridas todavía abiertas.

Hasta donde se sabía, estaban sanando sus heridas y recuperando energías muy lentamente.

—Ya entiendo por qué los consideran inmortales —comentó Miriam—. ¿No son increíbles?

—Sí, lo son —dije.

Los Bahamuth hacían prosperar la vida en donde sea que fueran, la tierra que se desprendía de ellos era ideal para cualquier tipo de cultivo que daría cosechas de la más alta categoría. Eso ayudaría enormemente a la restauración completa de Norleas.

Por eso, Índigo fue enviado a La Grieta para investigar el estado de la tierra, y se me asignó la tarea de protegerlo. También tenía que vigilar el rendimiento de las doscientas tropas que se quedaron para defender a los Bahamuth del Miasma que quisiera volver a poseerlos.

Nos quedaríamos una semana, después Ruina usaría la ruptura para llevarnos de vuelta.

—Héroe Matik, ¿por qué no va a descansar? Las últimas dos reuniones con los líderes duraron más de diez horas. No se preocupe, me haré cargo y le informaré de inmediato si algo sucede.

Dudé.

—Vea al líder Índigo, él también va a descansar —insistió—. Les encomendó el estudio a sus ayudantes. Usted también merece recuperar las horas de sueño, tome una buena ducha y descanse.

—Te lo encargo —dije al fin.

♦♦♦♦♦♦♦♦♦

Con hechizos de tierra se crearon diez edificios de tres pisos, en cada piso había diez habitaciones. Suficientes para las doscientas tropas y refuerzos en caso de ser necesario.

Para cada líder se creó una casa equipada con sala, comedor y baño. Así como varias habitaciones para sus ayudantes. Aunque el Cardenal dijera que era un cuartel temporal que no merecía atención al detalle, mi habitación parecía la de una posada más que decente en Ledes.

Después de bañarme y vestirme, me acosté en la cama y cerré los ojos. Estaba agotado, no solo por las reuniones rutinarias, también por lo de Ruina. Todavía no procesaba todo lo que pasó.

Un día aceptó ser mi novia, en otro quería oficializar nuestro noviazgo, y al siguiente... adiós.

Desde que éramos adolescentes sentíamos más que solo cariño por el otro. Nos besamos en la biblioteca, dijo que me quería. Hasta en la vieja realidad, cuando nos reencontramos estaba tan emocionada. Me ofreció su deseo. ¿De verdad todo eso era solo "agradecimiento"?

El día que rompió conmigo, en su mirada no había más que dolor. ¿No habrá sido una excusa? ¿Y si el Cardenal intervino? ¿Le pidió que rompiera conmigo? No, ¿y si fue todo lo contrario?

El Cardenal quería que estuviera presente cuando Ruina anunciara nuestro noviazgo. Además, dijo, "como adultos que son, espero ver un verdadero compromiso hacia la relación". ¿No significaba que él haría que nos comprometiéramos?

¿Mi deseo? ¡Ser el protagonista de este mundo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora