Libro 2 : Capitulo 3

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Te hacen creer en tantas cosas que no son ciertas. Te las dicen tantas veces que aceptas que lo que te están contando es real en lugar de una cadena de mentiras. El dolor y los recuerdos eran demasiado.

Me incorporé en la cama con la respiración ahogada y la mano, que estaba empapada de sudor, sobre mi pene. Me apoye contra el cabecero y me di cuenta de donde estaba solo a sido un sueño ya no estás ahí.

Era el tipo de pesadilla que te recuerda todo lo malo que te a pasado en esta vida. Cerré los ojos con alivio. Becky no era parte de el horror que viví en Afganistán.

Lo único es que ahora ella no estaba conmigo.

Baje la mirada a mi pene, caliente y duro y lo envolví en mi mano. Cerré los ojos y empecé a acariciarlo si seguía con los ojos cerrados podría recordar aquel día en mi oficina. Necesitaba descargarme en este mismo momento. Necesitaba correrme para poder poner fin a los malditos temblores que me invadían tras esa terrible pesadilla.

Me acorde de la primera vez que vino a verme le dije que se sentara en mi regazo e hice que se corriera con los dedos fue tan sexy, maldita sea que se presentara en mi oficina estaba preciosa cuando se deshizo en mis brazos a raíz de lo que hacía, de lo que le hacía sentir

Becky había intentado alejarse de mi pero yo no quería que lo hiciera. Recuerdo que le costó separarse de mi regazo. Pero cuando se puso de rodillas y me toco por encima de los pantalones lo entendí. Me dijo que me quería lamer, en ese momento supe lo que quería lo supe por que ella es sincera y generosa. Ella es real y perfecta, y es mía.

No, ahora no lo es. Te ha dejado.

Mantuve mis ojos cerrados y recordé la imagen de sus preciosos labios cerrados al final de mi pene y como me adentraba en sus labios. Recuerdo lo húmeda y dulce y deliciosa que sentí su boca esa primera vez lo bonito que fue cuando se lo trago todo. Y me miro de esa manera tan sexy.

Me acorde de todo: los sonidos que emitió, de su pelo largo extendido sobre su cara, de resbalar húmedo dentro de sus dulces labios, de cómo se agarraba a mi pene, giraba la mano y me llevaba a el interior de su preciosa boca.

Recordé ese momento tan especial que pasé con Becky mientras me masturbaba hasta llegar a el clímax. Tan vacío como mi realidad patética y solitaria. Tenía que recordarlo o no me correría.

Grité mientras mi semen salía disparado de mi pene en una avalancha casi dolorosa por las sábanas de mi cama. En las que el blanco brillante contrastaba ahora con el negro habitual ¡Debería ser ella! Deje que mi orgasmo me recorriera el cuerpo, enfadada por haberme hecho una paja pensando en ella como una depravada muerta de desesperación.

No podía importarme menos hacerlo ensuciando todo las sábanas se podían lavar. Mi mente no.

Puedo recordar todas las veces que he estado dentro de ella.

El vacío que me invade roza la crueldad y mi clímax de ninguna manera podía sustituir a la realidad.

Me levante, quite las sábanas y me y fui a el baño a darme una ducha. Nunca me sentiría completa sin ella.

Ella me llamo en la tarde pero no vi su llamada por culpas de una maldita reunión. Quería matar a los imbeciles que me había distraído pero en su lugar llamé al buzón de voz.

— Freen, he recibido tu carta — Su voz sonaba temblorosa y la necesidad de ir junto a ella era tal que no sabía cómo conseguiría mantenerme alejada — Gracias por enviármela. Las flores también son bonitas solo quería decirte que he hablado con mi padre y me ha contado algunas cosas. — Entonces perdió la destreza podía oír sus llantos. Sabía que estaba llorando y eso me rompió el corazón — Tengo que irme quizás podamos hablar más tarde — La última parte lo dijo en susurro — Adiós Freen — Y colgó

Desnúdame el Alma (FreenBecky  G!P )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora