Desnúdame el Alma (FreenBecky G!P )

Libro 4 : Capitulo 17

- Dentro de la mente de Becky -

                                                    Somerset 24, de enero.

Adoraba mi coche ahora que me había acostumbrado a conducir por la izquierda, me aventuraba con el creo que había veces en las que Freen se arrepentía de habérmelo regalado.

"Ya es demasiado tarde Freen"

Pero tendría que asimilarlo ahora era la única conductora de la familia, ella lucía una férula que le permitía caminar solo si utilizaba las muletas sus huesos tardarían algunas semanas en soldar y mientras no podía cargar peso en la pierna izquierda todavía llevaría la férula cuando naciera el bebé sabía que era algo que le molestaba pero no se quejaba. Ni tampoco lo hacía yo las dos sabíamos que era una bendición que le hubieran puesto esa férula porque ahora ni siquiera estuviera aquí.

Había dejado a Freen bajo los tiernos cuidados de Jessica, hoy tocaba te no creo que a ella le importara de hecho me había parecido muy satisfecha cuando se ponía la chaqueta, les había sacado fotos con la cámara la esposa de Alejandro les había llevado fresas y helado y también té por supuesto, yo debería haberme quedado para disfrutar con ellas pero necesitaba el masaje que recibía 2 veces por semana, en especial ahora que mi embarazo estaba llegando a su fin.

Tenía dolores en la espalda y en ocasiones me dolía también la cabeza los masajes eran los que me ayudaban.

Me había aficionado con ellos desde navidad, cuando Freen me regaló una cantidad de tratamientos que debía disfrutar.

¡Dios mi mujer me hacía siempre los mejores regalos!

Pero después de tomar la decisión de mudarnos a Stonewell mientras se recuperaba, necesitaba a alguien que me ayudara durante las últimas semanas de embarazo por medio de Nam conocí a Diane que era quien se encargaba de mi con su talento.

Me detuve ante la pequeña tienda y estacioné el auto era una tienda antigua y había tranquilidad, creo que Freen y yo nos sentíamos atraídas por la paz de este lugar y su belleza natural, era justo lo que necesitábamos pesábamos quedarnos aquí hasta mediados de febrero, luego regresaríamos para que el doctor nos ayudara a traer a nuestro hijo al mundo para el 28 de febrero.

Mientras me dirigía a la tienda vi a un precioso perro estaba tumbado, meneo la cola y bajo la cabeza para saludarme de esa manera.

— Hola precioso — Me incliné y le acaricié la cabeza, era un cachorro y definitivamente era hembra — ¿Como te llamas guapa? ¿Estás esperando a tu dueño? — Le hablé sin dejar de acariciar su hermoso y suave pelaje mientras admiraba sus ojos multicolor era un azul marrón cómo Freen y yo, me lamió la mano y se apoyó en mi para que no dejara de darle mimos me pregunté porque no tenía collar ni correa sin duda debía pertenecer a alguien.

Me miró con solemnidad cuando fui a entrar a la tienda.

— Tengo una cita aquí dentro, amiga — Me disculpe.

Ella me ladró cómo diciéndome no te vayas y me rompió el corazón tener que irme.

— Ahora solo necesito dormir una buena siesta. ¡Oh Dios! ¡Que maravilla! — La elogie mientras frotaba mi cuello, con los aceites aromáticos que habían en la tienda, cuando terminamos y le tendí la tarjeta para pagar escuché de nuevo un ladrido miré y allí estaba ella me miraba fijamente a través del cristal mientras movía la cola.

— Parece que tienes una admiradora Becky — Se rio — Te apuesto lo que quieras a que se marchara a casa contigo si se lo permites.

— ¿De verdad? — ¿Pero qué pensaría su dueño? — ¿A quien le pertenece?