Forbidden Love [Thranduil] || WATTYS LONGLIST 2018|| PROCESO DE CORRECIÓN

All of me

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- Gracias- respondió con el dolor atravesando su garganta como un pedazo de carbón ardiendo, Legolas bebió el vino rápidamente para irse de ahí, sabía que él también estaba sacrificando el amor que tenía por Tauriel, Ravenna había ganado, ninguno de ellos sería feliz, tal y como se lo dijo antes de su boda con Alena.

- Ganaste Ravenna, tu maldición se cumplió- musitó rellenando la copa de aquel licor que al menos le hacia olvidar un poco su pena.

-

Aquella mañana Muirgen salió directo a Mirkwood con Bartram, unos cuantos elfos se sorprendieron cuando apareció en la entrada formando su cuerpo sólo de un poco de viento, entró rápidamente sonriendo ampliamente, quien la recibió en los primeros pasillos fue su amiga, Tauriel, no pudo evitar estrecharla entre sus brazos, la había extrañado tanto, en el reino sólo hablaba con Legolas y ahora lo hacia menos por lo que se había propuesto en los últimos días.

- Bienvenida- le saludó con una sonrisa amplia también dándole un vistazo rápido al joven que siempre la cuidaba.

- No puedo alejarme por mucho tiempo- respondió ante la sonrisa de su amiga elfa, caminaron un poco para hablar de los últimos acontecimientos en el reino, aunque la guerrera evitó hablar sobre Legolas y el altercado con el gran rey, llegaron dónde Legolas se encontraba con algunos guerreros, al verla la abrazó fuertemente besando su mejilla.

- ¡Que sorpresa!- dijo entusiasmado el elfo de los cabellos dorados a su prometida, aunque por un momento recordó todo aquello que había hablado con su padre.

- podemos hablar, en privado- aseguró para que el joven de cabello negro no los siguiera, aunque hundió la ceja al sentir la azulina mirada del elfo en su faz.

- Claro, nos vemos luego- dijo la princesa a sus amigos caminando a la par de su prometido, Legolas se veía algo nervioso, tal vez su padre lo habían presionado para adelantar la boda o simplemente estaba así por la misma, Muirgen no quiso adentrarse en las suposiciones así que sólo caminó en silencio con él, llegaron a su habitación, para ser sinceros jamás había entrado, pues Legolas siempre estaba fuera de ésta desde tempranas horas, le ofreció una silla tallada con hermosos detalles.

- de que quieres hablar Legolas- pronunció ella con una sonrisa como si aquella charla no le preocupase en lo absoluto.

- Muirgen, nunca me mentirías, ¿verdad?- pronunció el elfo acercándose a ella a pesar de estar sentando a unos cuantos centímetros.

- no tengo porque- respondió la princesa rápidamente aunque aquello le había dejado un zumbido muy cerca del pecho.

- Realmente quieres que nos casemos- la hermosa sonrisa de Muirgen se deshizo al escuchar aquello, jamás había querido casarse con él.