The One Ring

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Capitulo en memoria de Alan Rickman 14/01/16 Always...


***

El sol resplandecía por la basta montaña como si su manto amarillezco  sólo subiese esa parte del reino de Elrond, Legolas vislumbro nuevamente la entrada de aquel lugar como si fuese una de las más hermosas creaciones, un repique de campana le avisó que aquella junta estaba por comenzar.

— ¡Oh Legolas! Que bueno verte— exclamó el viejo mago palmeando su espalda cuando ya estaba con los pies en la firme tierra de Rivendell, Legolas por su parte le saludo de forma educada con una reverencia.

— Lady Muirgen ha venido contigo— pronunció rápidamente como si la presencia de aquella hermosa mujer fuese necesaria en un concilio del cual ella no tenía ni la más mínima idea.

— Mi padre y ella decidieron quedarse al cuidado de mis hermanos, pero dime Gandalf, ¿es algo de suma importancia?— el mago se remojó los labios  como si lo estuviese haciendo con sus palabras, inclusive viró  los ojos  como buscando dentro de su cabeza  las oraciones exactas para no sonar desesperado.

— Me temo que sí, pero yo mismo le enviaré en un mensaje, es importante que esté aquí— Legolas no comprendió nada de las palabras de Gandalf pero decidió no hacer preguntas pues  el mago no iba a contestarle ninguna de ellas, conociéndole como lo hacía. Una hermosa ave de colores brillantes llegó hasta el hombro de la reina mientras le enseñaba a su hija la forma de transformar las corrientes de agua en unas violentas o calmarlas.

— Quien te ha mandado hermoso— le habló al ave la cual emitió un canto que sólo a los oídos de la reina eran palabras comprensibles, alzó una ceja para dejarlo volar.

— Ithil, ve con Tauriel— besó su frente mientras desaparecía por una de las puertas que daba al rio, Tauriel como si hubiese oído la orden bajó de uno de los árboles, abrazando los hombros de la joven que se veía preocupada por el rostro de su madre.

— Mithrandir ve cosas que no son— vociferó el rey juntando las manos para recargar su rostro y negar nuevamente.

— Es obvio que no asistí para estar con ustedes, ahora quieres ir, me parece de los más insensato Muirgen, ¡Por Eru!— gritó ahora levantándose, la reina estaba  a punto de gritarle también pero se contuvo, en cierto punto Thranduil tenía razón.

— Debo ir...— hizo una pausa como si con el silenció su amado pudiese tomar las respiraciones necesarias para calmarse. — Lo puedo ver, puedo sentir el anillo— Thranduil la tomó de los brazos mientras ella se mordía el labio como si estuviese confesando una travesura.

— Muirgen ¡Por que no me lo dijiste!, pude haber llamado a tu padre a alguien que te ayudara— grito como si una espada le hubiese atravesado el corazón, pero la reina lo detuvo poniendo las manos en sus mejillas y sonriéndole como solo ella sabía hacerlo.

— No hace falta, volveré pronto y sana— le juro antes de darle un beso y desaparecer de ahí, Thranduil se quedó meditando un poco, siempre que decía eso llegaba inconsciente, o mal herida, Muirgen no era una mujer que pudiese mantenerse a salvo.

El ruido de las aguas burbujeantes subía desde el espumoso lecho del río, las aves cantaban y una paz serena se extendía sobre la tierra, para Frodo, la peligrosa huida, los rumores de que la oscuridad estaba creciendo en el mundo exterior, le parecían ahora meros recuerdos de un sueño agitado, pero las caras que se volvieron hacia ellos a la entrada de la sala eran graves. Elrond estaba allí y muchos otros que esperaban sentados en silencio, alrededor, Frodo vio a Glorfindel y Glóin, en un rincón estaba sentado Trancos, envuelto otra vez en aquellas gastadas ropas de viaje, Elrond le indico a Frodo que se sentara junto a él y lo presento a la compañía, diciendo

Forbidden Love [Thranduil]  || WATTYS LONGLIST 2018|| PROCESO DE CORRECIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora