Meleth Marthannen

343 24 1
                                    


SINDARIN

Meleth Marthannen

fated ("true") love ||  Amor Destinado / Verdadero


***

LA TIERRA RETUMBO DESDE SUS ENTRAÑAS, SACUDIÉNDOSE UN PAR DE VECES; ERA LA OSCURIDAD DEJÁNDOLES SABER QUE ESTABA AHÍ Y NO TENÍA INTENCIONES DE IRSE. Cimbró los bosques, los mares, las montañas y los pueblos. Todo lo que había sido tocado por Iluvatar ahora resentían la furia de Sauron. Tanto Muirgen como su padre vieron desde el peñasco como las calmas aguas se alborotaban, mientras los intentos de Uinen por calmarlas fueron de poca ayuda, las Oarni tomaron forma para salir del océano cercano, asustadas, sus cabellos mojados pegados a su rostro, sus vestidos hechos de algas y flores marinas sólo mostrando un poco de su piel. 

 — Quiere vernos asustados— dijo Ulmo cerrando sus manos detrás de su espalda, como si pudiese ver lo que estaba a punto de surgir de las entrañas de la tierra. Otro rugido feroz los hizo tambalearse, una nube gris con vivos naranjas se formaba a lo lejos, el ojo de Sauron se cernía, observando cada paso que daban, al acecho como una bestia a punto de atacar a las pequeñas presas que eran los habitantes de Tierra Media. Ahora la sombra del mal estaba en alerta, no iba a dejar que nadie pasara sin ser destruido, la batalla se sentía aún más cercana, los humos de las calderas atiborraban el cielo, el metal se endurecía y los herreros ahora trabajaban más que nada para armar a los hombres. 

— ¿Qué será de los hombres sin escapatoria? — preguntó Muirgen a su padre, ni él mismo sabía la respuesta, si Sauron ganaba la primera batalla, Melkor vendría tras de él, furioso y sediento de venganza. 

— Lo mismo que a nosotros si "él" llega— un escalofrío recorrió su cuerpo; no quería abandonar a su padre, pero debía volver donde Thranduil y Caleb. Estar en su hogar era lo único que podía reconfortarle de la fatídica realidad que se estaba viviendo en cada rincón del mundo. 

Dos lunas pasaron hasta que la princesa Ithil de Mirkwood estuvo repuesta de sus heridas, aquella mañana, el sol casi no podía verse, las nubes se abarrotaban sobre el cielo de Ekkaia dándole un tono melancólico a todo el lugar, las aguas dejaron de ser cristalinas para tomar un tono verdoso, y Ossë hacía su trabajo atormentando a las mareas, el viento se había tornado frío y húmedo, tanto que respirarlo dolía. 

—Se vienen tiempos oscuros hija mía— la voz de su padre la sacó de su trance, necesitaba estar tranquila, no quería que Thranduil viese en sus ojos la destrucción de la que había sido testigo en su visión. 

— Lo sé, promete que no te meterás en problemas con los demás Valar— frunció el entrecejo, pedirle eso a Ulmo, era pedir que secara toda el agua de Tierra Medía. Besó su mejilla con devoción, y lo abrazó como si después de mucho tiempo no fuese a verlo jamás. 

— Ten cuidado por favor— la reina asintió levemente, no pudieron hablar más pues Ithil entraba majestuosa en un vestido color rosa y dorado que la hacía ver mayor; o tal vez a los ojos de su madre, la princesa jamás iba a crecer, siempre iba a ser su pequeña bebé.

 —Abuelo, promete visitarnos— le apuntó la joven de los ojos como el mismo Ekkaia, el valar simplemente asintió, no sin antes depositar un tierno beso en la frente de su nieta; la estrujo contra su cuerpo con tanto amor que por un momento las corrientes se detuvieron. 

— Te lo prometo—. La despedida no fue tan larga como la reina y princesa hubiesen querido, Ossë y Uinen también se despidieron de ellas, la señora de las aguas siempre había sido su protectora, aunque ella no la viese, sabía que siempre estaba cerca. 

Forbidden Love [Thranduil]  || WATTYS LONGLIST 2018|| PROCESO DE CORRECIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora