Las tropas avanzaron hasta estar lo bastante cerca de aquella enorme torre, Muirgen concibió un extraño sentimiento anidándose en su pecho, era el recuerdo de aquel lugar, de cada rincón que la había visto crecer, pero ahora, era una mujer con hijos, con una vida que jamás creyó tener, y el golpe de realidad era que su hijo iba al lado suyo, la niña que derramó unas lágrimas por haber dejado atrás a su hermoso conejo blanco estaba extinta y calcinada por el fuego de las guerras y maldad.
—Ravenna es mía— pronunció la reina desenfundando la espada mientras su hijo se transformaba en la majestuosa ave junto con Bartram; los ojos de la mujer recorrieron el viejo valle que ahora estaba devastado, lleno de alimañas y putrefacción. Avanzaron nuevamente con cautela y en una formación de batalla mientras su reina iba al frente, los orcos se concentraron en ellos comenzando una batalla metros antes de llegar a la torre, el acero con el acero chistaba, los gritos de los heridos y moribundos se mezclaban con el viento fuerte que arrasaba cada parte del lugar, Caleb descendió hasta una horda de orcos que se disponía a atacar al batallón, desenfundó la espada haciendo que la mayoría de los orcos flaquearan ante su filo.
—¡alto!— aquella voz, la de sus pesadillas e infancia, aquella mujer que le había dado la vida salía esplendorosa en uno de sus vestidos adornado en oro puro con la capa de plumas, su cabello dorado trenzado alrededor de su cabeza sosteniendo la corona, sus ojos ya no eran azules, eran brazas de fuego puro. —Mi preciosa Muirgen— alzó los brazos sonriendo, detrás de ella venía aquella mujer, Rowanna, su vestido verde oscuro resaltaba más por su piel y el tono de su cabello.
—¡Dame a Fira! — entonó Muirgen con autoridad haciendo que su madre se tomase el pecho con mucho drama, casi como si le hubiese ofendido el tono de la mujer.
—Hablas como toda una reina de Mirkwood, te conté lo que hice con la primera— sonrió de nuevo, aquella desquiciada curva adornando su rostro, suspiró por lo bajo. —La verdad es que no está disponible por el momento— chasqueó los dedos y de las puertas del castillo salieron al menos cinco hombres con los rostros pintados, pantalones de cuero, trenzas negras que llegaban casi hasta su espalda además de armas primitivas, era grupos de humanos nómadas que se dedicaba a adorar la magia negra y a saquear aldeas. —Mis aliados han tenido que disfrutarla unos momentos, verdad preciosa— tomó su rostro que estaba completamente golpeado, de no ser por el fino pedazo de tela encima de su cuerpo hubiese ido desnuda, cubriendo la parte necesaria.
—¡Suéltala! — gritó Bartram ganándose una mirada de asco de la ex reina, ésta asintió suavemente antes de volver a inspeccionar el cuerpo de la joven.
—Retírense a una distancia considerable o no la soltaré— demandó Ravenna tomando del cabello a Fira, la reina simplemente pidió a sus tropas que retrocedieran hasta que Ravenna indicó que se detuvieran.
—¡Ahora dámela! — Muirgen gritó sin dejar de ver a su madre, la cual libero las ataduras de la joven con todo y sus ropas.
—Camina hasta tu amor— le indicó— que en realidad no es tu amor por que su corazón pertenece a mi hija— los pies de Fira se enterraban en el fango putrefacto mientras los orcos y hombres se carcajeaban del dolor y humillación, Bartram iba a ayudarla, pero al verlo moverse una flecha cayó muy cerca de la joven. —Apuesto que le decías Muirgen cuando la tomabas, ella decía tu nombre cuando estos hombres la violaban— se rió. —¡Bartram ayúdame! — se mofó Ravenna sin despegar los ojos del hombre, Bartram estaba a punto de matarla, cuando Fira estuviese a salvo iba a rebanarle el cuello; la distancia se hacía más corta, la joven estaba a punto de llegar a los brazos de Bartram y éste se adelantó unos pasos sin importarle la amenazada de Ravenna. —¡Cambien de opinión! — gritó desapareciendo y dejando que su voz revoloteara en un tono malsano.
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Forbidden Love [Thranduil] || WATTYS LONGLIST 2018|| PROCESO DE CORRECIÓN
FanfictionWATTYS LONGLIST 2018 La reina Ravenna tiene una hija con el valar Ulmo, pues años atrás un romance clandestino con el Rey Elfo del Bosque Negro la llevó un tanto más a la locura y desolación. Sin esperanza Ravenna decide casarse con un ser humano, u...