Hell & Heaven

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– ¡¡no!!- las lagrimas de Muirgen corrían por sus mejillas, estaba pegada al cuerpo de su amado ante un sequito de guerreros elfos que ella misma ejecutaría por no acudir rápidamente.





El siguiente texto puede contener escenas de corte sexual, consumo de estupefacientes o situaciones de violencia extrema, se requiere discreción


Thranduil flotaba en un hermoso mar azul, como con tanta paz, estaba muerto, ahora lo sabía, a lo lejos se veían el agua azulina como los ojos de Muirgen, en la misma que flotaba, desde lo lejos una mujer hermosa se le acercó, era Alena, lo levantó rápidamente para quedar de pie sobre el agua que ahora parecía un cristal.

– Estoy muerto- le preguntó pero ella sólo sonrió, tomándole la mano, para guiarlo directo dónde un halo de luz rebosaba sobre arcos de hermoso mármol, en unos segundo una melodiosa voz hizo que fijara su vista en el bosque que crecía rápidamente como si de magia se trataba, grandes árboles saliendo estrepitosamente del suelo.

Mell nín a hûn
Ui el i na dannen ann nín
O' leithon gurth

(Amor mio, la eterna estrella de los caidos, liberale de la muerte)

Conocía esa voz, soltó la mano de Alena para dirigirse hasta ahí corriendo por el agua, un remolino dentro del agua lo sumergió violentamente, perdió el conocimiento sin más, jamás la iba a volver a ver, nunca.

Abrió los ojos después de lo que pareció una eternidad, el cuerpo le dolía pero no como antes, era un dolor un tanto como si hubiese dormido en una mala posición, la luz le dio directo a los ojos viendo como las manos firmes colocaban algunas botellas al lado de él.

– Por fin mi Lord- dijo el sanador que conocía muy bien, entonces si estaba vivo y...

– Muirgen- se levantó de golpe pero lo detuvo una fina mano del otro lado de la cama, la tomó, esa suavidad, ¿Alena?.

– cálmate Thranduil, esta todo bien- al notar la voz se deshizo de la mano rápidamente, ¿qué hacia esa mujer ahí?, fue entonces cuando sacó fuerzas para correrla con la simple mirada.

– ¿Dónde está Muirgen?- antes de que Deluthiel pronunciara algo la princesa abrió la puerta con los ojos lloroso y sin importarle nadie lo besó como nunca antes lo había hecho.

– ¡Que descaro!- gritó la elfa con la ceja arriba, pero Muirgen se levantó para verla muy de cerca, los ojos de ambas mujeres luchaban campalmente sin parpadear.

– saca tu maldito trasero de aquí y aléjate de una buena vez de mi Thranduil- le lanzó un hechizo para sacarla de ahí y cerrarle la puerta en el rostro, el sanador alzó una ceja conteniendo la risa que eso le causaba.

– Gracias, puedes retirarte- le dijo amablemente Muirgen al sanado quien acató la ordenó, cuando lo vio salir Thranduil no ocultó su sonrisa.

– ¿Tuyo?- preguntó aun con el dolor en el pecho, Muirgen ocupó la silla que Deluthiel había dejado vacía para sentarse de forma elegante.

– sí, ni creas que te vas a librar de mí fácilmente- amenazó señalando su vientre que había crecido unos centímetros más, Thranduil sonrió ampliamente, se sentía tan bien volver a verla, a sentir sus manos sedosas, respirar su aroma a rosas y frutas.

Forbidden Love [Thranduil]  || WATTYS LONGLIST 2018|| PROCESO DE CORRECIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora