Black Knot

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CAPITULO ANTERIOR

– que quiso decir con guerra- comentó Legolas caminando detrás de ellos, Muirgen volteó y con una sonrisa algo fingida se acercó a su esposo – significa que vas a soltar un arma tan poderosa que nos podría destruir- se encaminó más allá dejando solos a los elfos, Thranduil ni siquiera la miro, se quedó meditando las palabras – Quiero que dobleguen la seguridad de nuestras fronteras, nadie entra en éste reino y nadie lo deja- Legolas accedió al comando de su rey yendo directo al portón principal.




Thranduil entró a sus aposentos, viendo como Muirgen mecía las cunas con magia, ¿sería posible que lo traicionara?, claro, le gritó su mente, lo iba a traicionar, es por eso que el orco había dicho eso, todo apuntaba a su traición.

– Los dejaste ir, ¡te importó poco mi orden!- Muirgen lo silenció con la mano, para que no despertara a sus hijos, Thranduil estaba cambiado, sus ojos se veían de un azul oscuro muy extraño o tal vez ella alucinaba.

–¡Contéstame maldita sea!- le gritó tomándola del brazo y pegándola a la firme pared de roca, por primera vez la veía con odio despues de mucho tiempo, aquel escalofrío como cuando iba a golpearla le recorrió el cuerpo en menos de un segundo.

– no que de que me estas hablando...- le puso la espada el cuello, el odio le cegaba, inclusive sintió que el aire la faltaba, sin más se alejó de él poniendo un poco de magia de por medio, pero la atacó tirándola a la cama.

– ¿vas a matarme? No será la primera vez que lo haces, matar a alguien por placer- trató de liberarse pero atrapó sus manos sobre su cuerpo, le dolía, pero no podía distinguir si el amarré de sus manos o las palabras.

– ¡sí! Lo dejé ir, pero déjame que...- la soltó simplemente para darle una bofetada que la dejó del otro lado de la cama, el miedo se apoderó de ella, si hubiese sido alguien más no hubiese dudado en matarlo, pero no él, era una cobarde, no podía ni siquiera maldecirlo un poco.

–ven aquí maldita bruja- la jaló del brazo, Muirgen se soltó, el hilo de sangre recorría su labio, y el filo de la espada estaba en el pecho de Thranduil, sonrió altaneramente.

– Thorin prometió que...- de un manotazo tiro la espada de sus mano, para tomarla de las mejillas y apretarlas con saña, esos ojos, no era Thranduil, él jamás se hubiese atrevido a tocarla de esa manera, con tanto odio, despreció.

– entonces toma el lugar de tu amado enano y púdrete ahí- la jaló de un brazo aprovechando que todos estaban fuera para llevarla a los calabozos, la empujó vilmente haciendo que su cuerpo chocara con el piso imperfecto.

– Thranduil sácame de aquí- le gritó al verlo en el pasillo observándola con algo de odio, le apuntó con el dedo de una forma conocida, pero no por que fuese un ademán del elfo sino de...

– me traicionaste, ahora quédate ahí y púdrete, tengo tiempo, puedo esperar a ver que me supliques por tu libertad y olvídate de tus hijos- era un Thranduil completamente diferente al que conocía, trató de deshacer las rejas pero no pudo su magia parecía no tener efecto.

–¡Sácame!, ¡Legolas!- gritó para al menos intentar que la sacara de ahí, debía estar cerca, alguien debía oír sus suplicas.

– no te desgastes mi querida Muirgen, ni tu esposo te sacara de ahí- las lagrimas comenzaron a salir nuevamente haciendo que a los poco minutos de comenzar a llorar se desmayara, Thranduil volvió a sus aposentos sólo para encontrarse con su hijo, Tauriel había ido tras el enano.

Forbidden Love [Thranduil]  || WATTYS LONGLIST 2018|| PROCESO DE CORRECIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora