She's Our Sin

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–búscala con los enanos–gritó paralizando a su hija y jalándola Thranduil aunque quisiese no podía surcar los aire como ellas, gritó a sus guardias que tomaran provisiones y algunas otras cosas para la gente de Esgaroth, iba a ir por su hijo, por su amada y por el collar, si iba a morir, iba a hacerlo intentándolo.

***

La sensación de pánico se apoderó del delgado cuerpo de Muirgen, era casi como si estuviese siendo atraída por las corrientes de aire, succionándola, recordó que hace uno segundo su madre le había lanzando un hechizo poderoso para paralizar sus poderes.

 Ahora la llevaba como si de una presa en las garras de un águila se tratase, todo su mundo se balanceaba mientras el frio viento de la montaña le tocaba el rostro, la dejó caer sobre uno de los salones que parecía pintado en oro, los enanos se pusieron en guardia al sentir que iban a ser atacados, Thorin aunque temeroso se acercó a la joven que había sido dejada en aquel gran salón.

–¡Fili! ¡Kili! Ayúdenme– comentó acercándose a la mujer de cabellos dorados que ahora tenía un corte profundo en la sien, el enano tomó su cabeza delicadamente para verla a los ojos, la princesa parecía estar despierta pero en cualquier momento sus ojos iban a cerrarse ante el efecto del golpe.

–Thranduil– comentó ésta antes de que aquellos zafiros se apagaran, los enanos la llevaron a un salón más arriba con la ayuda de una camilla improvisada, Thorin se veía inquieto, además por saber quien había sido capaz de raptarla bajo el cuidado del rey. 

Bilbo se quedó a su lado por un largo rato tomando su delicada mano, aunque no estaba muy seguro de que tenerla ahí les diera más posibilidades de salir vivos de eso, el rey elfo no se iba a quedar cruzado de brazos al saber que la princesa estaba en Erebor.

– ¡Es un peligro tenerla aquí!– gritó Fili con la mandíbula apretada a la par de sus puños, pero su tío no pareció importarle lo que decía, inclusive podía decirse que el brillo en sus ojos se había recobrado con la simple presencia de la joven ahí.

– está herida, no puedo sacarla de aquí en ese estado, se te olvida lo que hizo por nosotros– comentó el rey de Erebor adentrándose en el salón dónde el Hobbit y la hechicera se encontraba.

Muirgen estaba sumida en un extraño sueño producido por el golpe y el hechizo, por un momento pudo escuchar las voces que discutían por ella, voces que conocía pero no del todo bien, sus hijos, Thranduil, era lo único que pasaba por su mente, su cuerpo dolía, su mente se licuaba continuamente con esa nebulosa de visiones del futuro, debía despertar y antes de que fuese tarde.

Uno de los elfos de Mirkwood llegó cabalgado hasta dónde los sobrevivientes de Esgaroth se encontraban, por mandato del rey debía traer a Legolas, más con lo suscitado recientemente, lo encontró hablando con el barquero que llevaba los suministros hasta el reino.

– Mi Lord Legolas traigo ordenes de su padre, debe regresar inmediatamente– dijo Feren viendo directamente al príncipe pero éste volteó con algo de furia en sus ojos por ser interrumpido, fue entonces cuando vio a Tauriel.

– vamos Tauriel– comentó pero Feren antes de que el príncipe se pusiera en marcha con la elfa suspiró pesadamente recordando las palabras de su rey.

– Mi señor, Tauriel no puede venir, está desterrada– los ojos de la elfa se abrieron de más, su casi padre la había echado sin ningún remordimiento, algo dentro de ella se partió como si de un cristal delgado se tratase.

– ¿desterrada?– preguntó Legolas con los ojos fijos en el mensajero que parecía compartir su pena pues había una estrecha relación de amistad con Tauriel.

Forbidden Love [Thranduil]  || WATTYS LONGLIST 2018|| PROCESO DE CORRECIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora