Forbidden Love [Thranduil] || WATTYS LONGLIST 2018|| PROCESO DE CORRECIÓN

Queen and Princess

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-¿qué haces Muirgen?- musitó el chico de cabello negro que estaba sentado en la cama leyendo  - buscar algo para que me perdone- Bartram roló los ojos, toda esa situación le causaba enojo, pues ahora sabía que tanto Muirgen como el rey sentían lo mismo.

La chica abrió los ojos  al encontrar la manera de volver a ver a alguien que había muerto, pero antes de que pudiese leer por completo el hechizo Bartram cerró el libro con la ceja hundida - ¡no!- tomó el libro con algo de recelo, pues aun que no pudiese leer la mente de su amada,  sabía a la perfección la idea que corría por su mente.

- vamos, dame el libro- el chico negó sin quitar su semblante de pocos amigos que solía caracterizarlo.

– Bartram, dámelo- ordenó de nuevo la princesa pero por primera vez su amigo no acató la orden como solía hacerlo.

- estoy dispuesto a ganarme tu odio con tal de no verte hacer una tontería, bueno una mas grande que enamorarte del R…- antes de que dijera la palabra, resoplaron tres golpes en la pesada puerta y Muirgen la abrió  sin tocarla.

– Perdón  Muirgen, pero han venido a tomar tus medidas- era Tauriel de nuevo con una elfa de cabello castaño atado en una hermosa trenza.

-¿qué?- las ideas se le había ido en menos de  un segundo , - es decir, claro, adelante- dio un respiro profundo, no emitió palabra mientras la elfa tomaba las medidas de su cuerpo, hasta que la duda fue arrojada por su cerebro.

-¿para que es todo esto?- Tauriel no sabía si contestar a eso – para un traje- la chica no muy convencida dejo de preguntar pues notó la incomodidad en los ojos de Tauriel, las elfas se retiraron después de unos minutos, Bartram había bajado la guardia y con el simple movimiento de sus manos la hechicera le arrebató el libro.

– sólo déjame intentarlo, sólo quiero que…- aprisionó el libro contra su pecho como si éste contuviera los nacientes sentimientos.

– lo sé, harías lo que fuera por que te perdonase- fue lo último que espetó el chico antes de volverse un ave e irse de ahí por un rato, la princesa se maldijo   por no medir las palabras o la intensidad con la que eran emitidas, suspiró para despejar su mente y poder leer aquel hechizo que claramente su padre le había pedido que no ejecutara, para ser más claro, ninguno de aquel libro.

– lo siento padre, pero tal vez mi abuelo me lo dio por una razón- dirigió la mano hacia un lugar vacío de la habitación concentrándose en las oraciones que componían aquel conjuro, la mano comenzó a arderle como si el fuego la estuviese consumiendo, cerró los ojos para poder concentrarse en el hechizo, terminó la ultima línea memorizada y delante de ella estaba una mujer de cabello rubio con ojos verdes tan penetrantes como el follaje del bosque, un halo dorado la cubría como si fuese un ser divino.

-¿quién eres?- le preguntó la mujer al notarla cerca – Soy la princesa Muirgen, usted debe ser la reina Alena- la mujer asintió haciendo una reverencia.

- puedo preguntar, para que me has traído- en realdad no esperaba esa pregunta tan pronto, es decir, no había pensando en la respuesta que daría.

– en realidad…- los ojos verde de la mujer se posaron en la joya que resplandecía en su dedo – ya veo- sus ojos esmeralda se humedecieron al entender el por que la joya estaba en el dedo de la chica.

- ¡no!- espetó Muirgen al notar la consternación de su rostro – soy la prometida de Legolas-  la reina se movió unos pasos  - mi hijo, quiero verlo- la princesa la detuvo de inmediato – no, eso es imposible, no sé que pasará si él o T…- dejó el nombre  en el aire  - no, no puede salir- la chica encendió fuego en su mano  haciendo que la reina retrocediera unos paso.