The Sea Castle

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— deja de comer hermana, hay algo que nuestro abuelo no nos dice— los cerúleos ojos de su hermana dieron casi una vuelta completa por sus cuencas, su hermano era paranoico de verdad — Nada pasa hermano, sólo tienen una misión, peligrosa, deja de acongojarte veras que vuelven pronto—.



Aquella mañana después de retornar al reino del bosque, Muirgen había amanecido por primera vez en los brazos de Thranduil, olvidando cada parte de la batalla entre el aroma que el elfo poseía y la suavidad de su pecho, cerró los ojos fuertemente una vez más para que los traviesos rayos de luz no se colaran hacia el rostro de su amado. Thranduil abrió los ojos, sólo para encontrarse con una hermosa cabellera dorada a pocos centímetros de él, ella, era lo único que podía venírsele a la mente al pegar la nariz en esa mata suave de cabello rubio con aroma azares. 

Posó sus labios en ella haciendo que la mujer que lo complementaba abriera ese par de diamantes que tenía por ojos, una sonrisa aperlada fue la que recibió por su parte. Moriría por ella en ese mismo momento si dependiera de eso que siguiera respirando y dándole más brillo a un mundo que claramente iba en decadencia. — Buenos días— su voz era tan aterciopelada pero vivaz, que aun no podía dejarle de sorprender cada segundo que la utilizaba, su cuerpo acunándose a la perfección a su lado, rozando con sus bellas manos su rostro, la amaba, inclusive más que a la que fue su esposa. Tomó su delgada y blanca mano con ese aroma a cocoa impregnado en cada poro de su piel, besó ésta con tanta devoción que ni él mismo podía reconocerse— Buen día— contestó como si aquella mañana fuese el comienzo de una nueva vida, de una juntos, sin ningún obstáculo en el camino.

El desayuno como siempre fue en la mayoría silencioso, es posible que cortando frutas ella se viese perfecta, claro que lo hacía, estaba seguro de que la perfección era la composición básica de Muirgen, cada movimiento, cada respiro, inclusive lo que ella misma calificaba como defectos, eran a sus ojos perfectos. 

— He de ir por Caleb e Ithil ésta tarde— comentó alejando sus manos de la mesa para que la elfa retirara el plato ya sin comida que se encontraba frente a ella, asintió levemente.

— Deseas que te acompañe— la princesa negó con una sonrisa en el rostro antes de volver a juntar sus labios con los de él, era la forma de control más hermosa de aquel mundo, los besos de Muirgen, hechizándolo. 

— No es necesario, sólo serán unos minutos, tendremos a nuestros hijos antes del anochecer— tomó asiento en lo que decía era su ligar favorito, sus piernas. La mano de Thranduil aprovecho el gran mantel de tela pesada y color vino para escabullirse entre la sedosa falda de chiffon que componía el vestido de la princesa, la piel de ésta se erizó con el simple contacto de sus dedos, era la única vez en la que Muirgen se mostraba frágil, como una mariposa, <<Mía>>. La palabra hizo eco en su boca junto con la de Muirgen, mientras sus dedos viajaban hasta su intimidad, la princesa mordió su labio , colocándose mejor para el acto lleno de liviandad que el rey había comenzado.

— Mi lord...— la voz de Tauriel se quedo a mitad de su frase así como la pareja que disfrutada de otra clase de desayuno en el comedor real, Muirgen acomodó su vestido además de respirar profundamente.

— Te veo después amado mío— susurró cerca de su rostro antes de darle un hermoso beso, la vio alejarse con ese caminar tan bello y delicado que poseía,<<Divina>> dijo nuevamente pero ésta vez para sus adentros, no puso mucha atención a lo que Tauriel había dicho después de ver a Muirgen partir, creyó que fue una disculpa, a la cual no le dio la importancia debida.

Su vestido dio un giro violento para esquivar el lago que se formaba en medio del gran recibidor, su pecho se movió estrepitosamente, inclusive si prestaban atención los rayos del sol que se colaban entre los grandes ventanales hacían que su cabello adoptara un tono naranja, como una braza en su máximo esplendor.

Forbidden Love [Thranduil]  || WATTYS LONGLIST 2018|| PROCESO DE CORRECIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora