The Letter

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CAPITULO ANTERIOR


– Ravenna vete de una vez por todas de éste reino y no vuelvas- un viento azotó el rostro de ambos viendo como la parvada de aves negras salía por la ventana, el rey inspeccionó el golpe.

– perdóname- pronunció con la culpa clavada en los ojos, pero Muirgen le sonrió ampliamente.






Habían pasado ya dos largos meses desde el casamiento entre Muirgen y Legolas, aunque ambos se habían propuesto mantener el embarazo en secreto, las elfas que la vestían murmuraban por los pasillos el vientre que poco a poco se hacia mas notorio en la princesa, no hubo más que hace unas semanas enviar una hermosa carta en papiro amarillezco y letras plateadas las buenas nuevas del reino de Mirkwood, la princesa ahora del reino del bosque se encontró sumida en sus pensamientos mientras ayudaba a Thranduil con el papeleo del comercio entre ellos y Esgaroth, la princesa podía llevar muy bien los números así que el gran rey requería su ayuda, aunque sólo era un pretexto para poder estar mas tiempo con ella, los elfos en el reino no lo veían con malos ojos puesto que al estar Legolas ausente la mejor compañía para su esposa sería su padre.

– me han llegado varios regalos- musitó la princesa sin despegar los ojos del papiro, había aprendido ya a escribir en Tengwar, ya era tiempo le dijo Thranduil al notar que lo hacia casi como una elfa.

– lo supuse, todos esperaban el embarazo- la miro de reojo pero no hubo ninguna expresión en su hermoso rostro, simplemente sus dos zafiros no se despegaban de la tinta que lentamente se resbalaba por el papel.

–¿cómo te sientes?- preguntó con algo de temor a que su amada ya no tuviese el mismo interés en él desde que había sido unida a Legolas, pero con una pequeña curva de sus labios hizo que sus esperanzas renacieran como las flores en los primero días de primavera.

– bien, aunque he estado leyendo un poco sobre el embarazo elfo, ¿crees que dure el año? Es decir el bebé es medio elfo- Thranduil jamás se había preguntado eso, había estado tan ocupado cuidando cada detalle del reino y de la princesa para la comodidad de su embarazo que nunca se pudo interrogar sobre los detalles de éste.

– el sanador que te ve dos veces por semana daría decirte cuando llevas de gestación- Muirgen nunca le había preguntado tal cosa al elfo de cabellos dorados y años encima sobre el tiempo que llevaba con aquel bebé dentro, es decir poco le importaba, no por falta de amor, sino porque a quien le importan esas banalidades cuando tienes al ser producto de tu amor con alguien, un ser de amor.

– deberé preguntarle ésta noche- el rey asintió posando sus labios en una de sus manos con mucha devoción, esos pequeños detalles hacia que todo lo demás valiera la pena, inclusive cuando tuvo que decírselo a Tauriel, fue la primera vez que la vio llorar tanto, simplemente al escuchar las palabras sus lagrimas brotaron como si de una cascada en pleno nacimiento se tratase.

Tauriel había entrado a la recamara que ahora Legolas y Muirgen compartían, el elfo estaba terminando de ponerse las botas pues desde hace unos días había pedido que las elfa no lo vistiesen pues se sentía algo incomodo con aquello pues comenzaron a hacerlo cuando Muirgen se mudó.

– Mi señor Legolas- dijo Tauriel al verlo aun en la habitación, Muirgen sólo se cubrió los labios al notar que las mejillas de su amiga se tornaban del color de su vestido, un ligero rosado aperlado.

Forbidden Love [Thranduil]  || WATTYS LONGLIST 2018|| PROCESO DE CORRECIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora