Capítulo 11
El festival terminó. El año nuevo llegó, y las calles volvieron a la normalidad. Una por una, las cosas que se habían estado postergando comenzaron de nuevo.
El lado de Hillakin fue el que se movió primero.
Había intranquilidad en el callejón la mañana del primer día. En unas pocas horas, los granos más baratos se habían vendido. Algunos dueños de tiendas cerraron sus puertas temprano porque Hillakin y su grupo los habían comprado, usualmente al mismo precio.
En la tarde, había incluso un poco de conmoción. Hubo una discusión entre los dueños de tiendas y los clientes que iban a comprar comida. No importa dónde fueran los compradores, no podían encontrar ni un solo grano al precio normal, ya que se les dijo, tienda tras tienda, que se habían agotado.
La expresión del dueño de la tienda era humilde mientras lo agarraban del cuello.
‘Vende todo. Véndeles lo que pidan. No te opondrás a ganar algo de dinero ¿verdad?’
Todo era por las palabras de esa mujer.
Y al día siguiente, llegaron aún más granos, porque estaban a mitad de precio.
El precio de los granos había caído más en el curso de un solo día. Hillakin y compañía se dieron cuenta del extraño fenómeno y compraron los granos rápidamente.
Esto pasó una y otra vez por los siguientes días. Una extraña e invisible competencia empezó, entre las grandes cantidades de granos inundando las calles y la organización que las estaba monopolizando.
"¿Qué? ¿Quieres más dinero?"
Hillakin le dio una sonrisa lame botas y mostró los dientes.
“No sé por qué, pero hay muchos granos que están causando problemas. Si no podemos mantener el monopolio, todos esos granos que compramos no valdrán una mierda ".
“Tú ya usaste mucho de mi dinero… Te dije que no estoy haciendo una obra de caridad ".
Hillakin respondió apresuradamente.
"¡Claro! ¡Por supuesto! Te juro que no fallaremos. Solo digo que necesitamos un poco más de dinero ".
"¿Qué tanto?"
“La mitad del dinero que has invertido hasta ahora. Eso será suficiente. Juro que tendremos éxito".
Los labios de la mujer se curvaron debajo del velo.
"Bien. Debes tener éxito. O si no… me iré con sus cabezas ".
La mujer acarició con las yemas de los dedos la quijada de Hillakin. Luego retiró la mano.
* * *
La noche estaba calmada. Un grupo de personas estaba reunida en algún lugar. Avanzaron sin una sola antorcha, usando sus manos para sentir el camino. Además de la poca luz que ingresaba por la puerta abierta, estaba completamente oscuro.
"¿Puedes darme un poco más? ¿Te das cuenta de cuántas bocas debo alimentar?"
“Seguro que tienes mucho qué decir para alguien que se está atiborrando de gratis. ¡Sal del camino! "
"¡Deja algo para el resto de nosotros!"
Seager pateó la caja de comidas y dijo.
“Mantente en silencio. ¿No sabes cómo mantenerte abajo? Planeamos distribuir la comida de esta forma por ahora, asi que solo toma lo que te dimos, ¿ok? ".
