Capitulo 17 parte 2

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El aire de la mañana era húmedo, perfumado con el humo de las brasas moribundas de la fogata. Silenciosos pasos se acercaron a la habitación.

“Su excelencia”

“¿Cómo está su alteza?”

Un corto silencio.

“No se ha mencionado una palabra aun, pero si ella no se presenta a la reunión de la mañana…” una baja y fatigada voz respondió. “Ella tuvo un gran día ayer, no sería extraño decir que se tomó un día libre”

“Alguno puede haber visto al médico venir.”

Un suspiro.

“Por ahora… esperemos y veamos como progresa. Y entonces…”

“¿Qué pasa si ella nunca despierta?”

“Regresa a tu palacio si vas a decir eso”

“Pero–”

“No ayudas en nada con esa actitud, ¿entiendes?”

La discusión se hacía más acalorada a pesar de las voces apagadas.

“Basta, los dos.”

“Realmente no importa si la gente se da cuenta o no del estado de su alteza. ¿No deberíamos hacer algo más informándole a su majestad?”

“El médico ya ha–”

“Entonces, dices que deberíamos dejarle todo a él”

Parpadeé y vi la parte de atrás de la cabeza de alguien a través de mi visión borrosa –era el lustroso cabello dorado que tan seguido había acariciado. Sentía como si lentamente surgía desde aguas profundas, acercándome cada vez más a la superficie. Vi que estaba de pie rígidamente, haciendo movimientos bruscos e inestables.

“No puedo solo esperar y ver. Nada importa más para mi que su alteza.”

“¿Piensas que eres el único a quien le importa?”

“¿Si no puedes confiar en el médico imperial, hay alguien más?”

“Hay magos… podemos llamarlos”

“Es más fácil de decir que de hacer”

“Pero no es imposible”

Vi a dos personas más paradas junto a mi cama ahora. Extrañamente, la habitación estaba oscura. Tensé mi garganta y grazné “¿Magos?”

Al sonido de mi voz, la conversación paró abruptamente, y las tres cabezas se volvieron hacia mí. Vagamente, recordé lo que había pasado la noche anterior. Suspirando débilmente, dije, “Debo haberlos asustado…”

Aparentemente, estaba en un estado bastante mal porque mi voz sonó patéticamente débil. Arrugué la frente y traté de aclarar la garganta.

“¡Su alteza!” Nadrika se subió a la cama inmediatamente, agarrando mi hombro con una mano y tocando mi frente con la otra. “Su alteza, ¿se encuentra bien? ¿Está h-herida en otro lado?”

Tragué. “Sí” dije, mi voz quebrándose. “Pero estoy bien” Levanté la mano con dificultad para alcanzar su mejilla.

“¡El médico! ¡Llamen al médico!”, gritó Nadrika hacia la puerta. Con sus dos manos apretó la mía y la presionó contra su mejilla. Lágrimas brotaron de sus ojos y su quijada tembló mientras detenía un sollozo. “Tú no despertabas entonces pensé…”

“¿Fue la noche anterior en que me desmayé?”, pregunté, queriendo confirmarlo. Nadrika apretó los labios y asintió dos veces. Su cara era un desastre –debe haber estado aterrorizado.

Caí En Un Juego De Harem InversoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora