Capitulo 18 parte 3

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Kairos apartó los labios un momento después, pero su rostro permaneció lo suficientemente cerca para besarme de nuevo. Mientras ladeaba la cabeza al otro lado con una sonrisa traviesa, rozó su nariz contra la mía. 

Sus ojos parecían anhelar más mientras los bajaba hacia mis labios, entonces miró hacia arriba para encontrar mi mirada, enviando un claro mensaje de que si yo quería él siempre podría ir más profundo. Era bastante lindo, para alguien que acababa de besarme sin pensarlo. Al ver sus pestañas subir y bajar, pensé en como siempre había querido una probada de uno de estos saludables chicos del tipo malo.  

No obstante, empujé su hombro lejos para levantarme de nuevo. Porque –aunque no me molestaría saborear su encanto– no quería nada más que eso. Si iba un poco más lejos que esto, tenía miedo de ser forzada a ver su lado más oscuro, y entonces no sería capaz de alejarme de él de nuevo. Básicamente, yo solo no quería tomar la responsabilidad. No era la persona correcta para eso. 

“¿Qué?” preguntó. Di un paso hacia atrás y me senté de nuevo en el sofá. 

Entonces, como si nada hubiera pasado, dije de forma indiferente, “¿Qué quieres decir?”

“¿Yo tampoco te gusto?”

“Tampoco” Como sea –decidí terminar la conversación ahí. 

“Entiendo que estás interesado en mí” empecé. 

Kairos asintió de inmediato “Lo estoy”

“Y sé que eso es solo la superficie de todo”

“Llamé tu atención, ¿no es así?”

“¿Parece que sí?”, disparé de regreso. 

“No lo niegas, así que debo estar en lo correcto.”

“¿Habría alguna diferencia?”

“Sí, la habría –significa que lo intentarás y me harás hablar”

“¿Es eso una queja?”

“Es una proposición”

Esta vez, llevó una rodilla sobre la mesa para poder alcanzarme y sostener mis hombros con ambas manos mientras bajaba su cabeza. En una dulce y tentadora voz, preguntó, “¿Qué opinas?”

Sin embargo, sus ojos aún estaban un poco enrojecidos y parecían indicar una emoción completamente diferente de la que estaba demostrando por fuera. 

“¿Es desesperación la que siento?”, dije. 

Su sonrisa desapareció un poco. “¿Y qué si lo es?”, preguntó. “¿Entonces qué harías?”

“Honestamente, nada.” Respondí. 

“Nunca se sabe. El corazón es una cosa voluble.”

“Realmente no tengo un gusto por labios que besan a otras mujeres.”

Frunciendo el ceño, él dijo, “Soy un príncipe heredero.”

“¿Y qué?”

“Tú también tienes concubinos, ¿verdad?”

Resoplé, “¿Y?”

Kairos se estiró, entonces se paró sobre la mesa por completo para poder sentarse en ella, justo frente a mi. Se cruzó de brazos y ladeó la cabeza, luciendo hosco. “¿Por qué no yo?”

“¿Por qué no regresas y lo piensas un poco por tu propia cuenta?”, le sugerí. “Creo que ya hemos terminado aquí.”

Kairos, que había estado escuchando con el ceño fruncido y una de sus piernas temblaba nerviosamente, de repente sonrió y miró hacia arriba.

Caí En Un Juego De Harem InversoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora