"Su Majestad."
Era una voz desesperada. El emperador miró a Yuriel una vez y desvió la mirada.
"Continúa."
“Venimos debido a la información que decía se había planeado otra reunión para hoy; asi que asistimos en orden de comprobar la verdad, antes de hacer nuestro reporte a su majestad… "
"Viniste aquí, y viste a la princesa con los miembros de la delegación embajadora".
“...Sí."
"¡Eso es absurdo! ¡Nosotros! ¡Venimos aquí porque…!"
"Hablen."
“…Escuchamos que el príncipe heredero estaría aquí ".
"¿El príncipe?"
Todos los ojos se volvieron hacia la puerta cerrada.
"¿Entonces dices que él está ahí dentro?"
“… "
"¿Significa que confiesan sus crímenes? "
"¿Qué? ¡No es eso! Teníamos miedo de que algo pasara, debido a la relación cercana que tienen el príncipe y la princesa… ya que estamos en medio de concluir un tratado entre las dos naciones, es un momento delicado. ¡No tenemos motivos ocultos! ¡Por favor, créanos! "
"¿De qué están hablando?"
El conde les lanzó una mirada de incredulidad. La ira de Yuriel alcanzó el punto de quiebre y gritó.
“¡No tengo nada que ver con el Príncipe Heredero! ¡Y les he dicho muchas veces que no hay nadie en la habitación! "
"¿Por qué no puedes ver que reaccionando así no harás nada para resolver el problema, su alteza? Por favor, usa la cabeza"
Los embajadores asintieron con frialdad.
"¿Qué? ¿Qué me acabas de decir?"
Yuriel sacó la nota que había estado escondiendo en su manga y la tiró hacia la cara del miembro de la delegación. La nota golpeó al hombre en el ojo y cayó al suelo.
“Tu gran y poderoso príncipe me envió esta nota. Asi que vine preguntándome sobre qué podía ser, pero ¡ja! ¿usar mi cabeza? ¿Estaban preocupados de que algo pasara? ¿he filtrado información? ¡Ni siquiera me puedo reír! "
"¿Una nota? "
El Conde recogió la nota que cayó frente a su rodilla, y la abrió. Todos se sumieron en silencio mientras iban a leer la nota.
El esposo de la vizcondesa no podía dejar sus sospechas y hablo primero.
"B-bueno, entonces, la persona que te esperaba era el Príncipe Here-".
"¡Cállate! ¡Este no es lugar para que hables!" La vizcondesa gritó, cortando las palabras de su esposo.
Justo después de eso, la vizcondesa rápidamente hizo una reverencia al emperador antes de arrodillarse junto al conde.
"Vizcondesa. Mucho tiempo sin verte."
“Su Majestad, me disculpo. Debería haber vigilado mejor a mi esposo… "
“¿Por qué estás aquí? Y con tu esposo ".
“…"
El esposo de la vizcondesa observó a su esposa y hablo cuidadosamente.
"Creí que encontraría la identidad del amante de la vizcondesa, mi esposa, si venía aquí… "
"¿Eso has oído?"
