"Su majestad desea tener almuerzos regulares con usted".
"¿Es así?" Dije.
Yuriel sin duda estaría ahí también. Sacudí la cabeza para mí misma.
"¿Debería decir que no se siente bien, su alteza?" Mi doncella sugirió diligente, al sentir mi renuencia.
Sonreí.
"¿Estás pensando en mentirle al mensajero de su majestad?"
Mi pregunta ni siquiera la afectó.
"Cuál es tu nombre-" empecé, pero entonces negué con la cabeza. "No importa. Nunca lo pregunté".
"Sí, su alteza"
"Bueno… vamos entonces"
Cuando salí al corredor, Essen estaba esperándome.
"Oh" dije.
"¿Es infeliz porque vine a trabajar, su alteza?"
"No, es solo que estaba de camino a ver a su majestad," respondí dudando.
"¿Y cuál es el problema con eso, su alteza?" Él se dirigió a mí de manera formal, pero era igual de incooperativo que antes.
"Bueno, es solo que…"
Es solo que Yuriel estará ahí. Debes pararte ahí como mi guarda, frente a ella. Y apenas tuve una pelea con ella en la mañana. No había ni una sola respuesta que quisiera decir en voz alta.
"Umm… bueno, uh… es bueno verte". Dije vagamente, incapaz de dar una respuesta decente.
Essen me miró fijamente, su expresión era indescifrable. ¿Qué propósito había en preocuparme por el amor de su vida de todos modos? Este no era mi problema –solo debía olvidarme de eso.
"Está bien, vamos" dije.
***
Lo que fallé en recordar es que Seager también estaría ahí. Yuriel y yo estábamos sentadas una frente a la otra con el Emperador en medio. Y parados detrás de nosotras estaban Seager y Essen. ¿Por qué Seager tenía que pararse justo frente a mí…?
"¿Cómo está la comida? ¿Es de tu gusto?" Preguntó el Emperador, viendome con preocupación.
"Oh, sí" respondí.
"Que alivio. Estaba preocupado porque después de haber sido encerrada estuviste lejos de todos por tanto tiempo, y después de escuchar que estuviste rechazando tus comidas en la torre".
"¿Usted, lo estaba, su majestad…?" Esperaba que el emperador hubiera sido informado regularmente, pero se sintió extraño escucharlo decirlo abiertamente - admitiendo claramente que había plantado a uno de sus sirvientes para vigilarme. Aparentemente, ni siquiera lo veía como espiar.
Podía ser que él fuera insensible al ser observado todo el tiempo, desde que su propia vida, cada uno de sus movimientos, había sido compartido con otros desde su nacimiento.
Hice contacto visual con Seager accidentalmente justo cuando tomaba un sorbo de agua y me atraganté con él. Desesperadamente traté de tragar el agua de regreso y pretender que nada estaba mal.
"Ahem. Hem. Hem" Tosí suavemente.
"¿Qué sucede? Algo te molesta?" Preguntó el emperador preocupado.
"No, el, uh, el agua bajó por mi tráquea" expliqué.
"¿Estás bien? ¿Es porque la comida es mala? Se honesta conmigo -puedo proveerte de otros almuerzos hasta que estés completamente satisfecha con la comida"
